El cuento de "yo pago impuestos y seguridad social".

Todos los trabajadores habéis visto más de una vez en la tele a un empresario quejándose de competencia supuestamente ilegal o desleal con el siguiente argumento: “yo pago impuestos y seguridad social pero el otro no”. Estos empresarios y argumentos aparecen cada vez que se habla del top manta y de los “chapuzas” a domicilio. Pero la réplica a ese argumento manipulador es sumamente sencilla, sin necesidad de recurrir a temas técnicos de derecho fiscal o laboral.

Es obvio que los vendedores del top manta no están dados de alta en la SS y cobran en negro. Pero parece que a más de un comerciante se le olvida que esos vendedores no son trabajadores por cuenta propia sino que trabajan para un empresaurio, que es quien ha decidido no darles de alta en la SS y pagarles en B. Es cierto que la mayoría de empleados de los comercios “legales” sí que están dados de alta en la SS; aunque no todos, especialmente en poblaciones pequeñas. Pero no hay que olvidar la posibilidad de que estén haciendo horas extras ilegales y/o cobrando por debajo de convenio (enlaces al final); ni la posibilidad de que a un empresaurio se le “olvide” declarar a Hacienda una parte de sus ingresos, como los pagos en metálico de particulares. Es decir que a lo mejor hay por ahí algún que otro comercio "legal" que en realidad funciona igual que el top manta pero a tiempo parcial, por así decirlo.

También hay quejas contra la “economía de furgoneta blanca”, es decir contra los transportistas, fontaneros, electricistas, albañiles y trabajadores de otros oficios que se anuncian en internet y cobran todo en B. De ellos se quejan las empresas de mudanzas, las empresas de reformas y en general las empresas que dan el mismo servicio legalmente. ¿Pero legalmente hasta qué punto? Porque a lo mejor resulta que tú contratas a una empresa de mudanzas que te cobra X, pero esta empresa llama a un furgonetero al que le paga en negro X/3 y ella se queda con el resto en negro. En ese caso hubiera sido mejor para ti y para el furgonetero llamarle directamente a él y pagarle X/2. O quizá te suceda lo mismo si haces la reforma de un baño. ¿Nunca te has preguntado si es legal la situación laboral del obrero que entra en tu casa, por mucho que te lo mande una empresa? O sea que tanto "por empresa" como "por pirata" podría darse el caso de que al final el trabajo de verdad te lo hiciera el mismo y que de tu pago no fuera ni un euro ni a Hacienda ni a la SS.

Una cosa es que sea ilegal el desarrollo de una actividad y otra cosa es que sea ilegal la competencia contra todos los demás que ejercen esa actvidad. El top manta y el furgoneteo son actividades desarrolladas ilegalmente, pero la competencia que ejercen contra los empresaurios no es ilegal porque los empresaurios también ejercen parte de su actividad con las mismas ilegalidades. El empresaurio no tiene derecho a quejarse por mucho que él sí que pague algo de SS y algo de impuestos y el pirata no pague nada, porque si el empresaurio pudiera tampoco pagaría nada igual que el pirata. El único que tiene derecho a quejarse es el empresario que no comete ilegalidades laborales ni fiscales, porque este es el que realmente sufre la competencia ilegal o desleal tanto del "pirata" como del empresaurio. Más incluso del empresaurio que del "pirata".

Siempre se dice que los empresaurios son la excepción y los empresarios son la norma. Eso queda estupendamente decirlo, pero otra cosa es demostrarlo. Porque mientras que no se demuestre, se puede decir exactamente lo contrario con la misma credibilidad o falta de ella. ¿O quizá con mayor credibilidad? Porque resulta que los datos oficiales de Hacienda dicen lo contrario (enlaces al final): que los empresarios declaran menos IRPF que sus trabajadores y que las empresas no pagan el impuesto de sociedades.

Por todo ello cabría discutir los dos siguientes temas. ¿Hay más empresarios, empresaurios o piratas? ¿Quién perjudica más a la sociedad en términos absolutos y relativos, el empresaurio o el pirata?

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