Desmontando la manifestación del "mundo rural”.

Todos veríais ayer en la tele, y os lo repiten hoy en la prensa por si os lo hubierais perdido, que “el mundo rural” se manifestó en Madrid. Pero a la mayoría de medios de “comunicación” se les ha olvidado fijarse en unos datos fundamentales: quién convocó la manifestación y qué piden. Basta con analizar someramente estos datos para deslegitimar casi por completo el tinglado de ayer.

Esta manifestación fue convocada por los que se autoproclamaron como representantes del campo español. Aquí tenemos un enlace a su web del día en que dieron una rueda de prensa anunciando dicha convocatoria, en la que se presentaban como El campo español, representado a través de las tres organizaciones profesionales agrarias – Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA), Coordinadora de Asociaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA)-, la Real Federación Española de Caza (RFEC)- y Alianza Rural.” Sin olvidar que en su “comité de organización” estaba también la Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL). En resumen, los agricultores, los ganaderos, los cazadores y los de los toros. Solo faltó el capellán de la finca, la pareja de la Guardia Civil y la milana bonita.

Con lo que llegamos al principal punto donde se desmonta todo el chiringuito: ¿dónde estaban los trabajadores asalariados del “campo” en la convocatoria? ¿Dónde salieron en la manifestación de ayer los negros, los moros y los sudamericanos sin papeles, sin contrato, sin seguridad social y cobrando en negro, que son los verdaderos trabajadores del campo muchísimo más que otros de los que se manifestaron ayer? Es que no los hemos visto en los vídeos y en las fotos. Que a ver si es que en la tele confuden a los trabajadores del campo con los empresarios del campo o incluso con el señorito Iván. No hay que olvidar que ASAJA calificó la última reforma laboral de Yolanda Díaz como un disparate que ataca frontalmente al campo. Esa reforma que ha sido la primera favorable a los trabajadores desde hace más de 40 años.

El asunto está más que claro: los convocantes de la manifestación se consideran a sí mismos como “el campo”. Todo el campo. Igual que algunos se consideran a sí mismos como los verdaderos representantes de la esencia de la catalanidad o de la españolidad y a los demás como anticatalanes o antiespañoles. Pero la realidad es que los convocantes y los manifestantes de ayer no son “el campo” ni de lejos sino que son los empresarios del campo, que no es lo mismo, aunque unos pocos no tengan empleados en ningún momento del año. Porque no solo no estaban los trabajadores del campo ni en la convocatoria ni en la manifestación, sino que además estos trabajadores del campo, especialmente los “sin papeles” son los que están siendo explotados ilegalmente por empresarios del campo. Que eso no quiere decir que todos los empresarios del campo exploten a los “ilegales”, pero es obvio que es un empresario del campo todo el que explota en el campo a un “ilegal”.

Los convocantes y los manifestantes de ayer no solo no son “el campo”, entendiéndolo como un sector de la economía, sino que tampoco son “el mundo rural”, como también se han autocalificado, porque en el mundo rural también están los jubilados. De hecho, en muchísimos pueblos hay más jubilados que trabajadores y empresarios del campo. En el mundo rural también hay bastantes empleados públicos, como el secretario del ayuntamiento, el personal sanitario de los consultorios médicos y los maestros y profesores de los centros públicos de enseñanza. Todos ellos cobran dinero público, sea en forma de salario o sea en forma de pensión, financiada con los presupuestos de la Administración correspondiente. Pero resulta que los empresarios del campo que se manifestaron ayer están pidiendo, entre otras muchas cosas, que les bajen los impuestos de la electricidad, de los combustibles, etc. y ayudas económicas “del gobierno”. O sea que con la misma boca que piden que “el gobierno” recaude menos, piden también que el gobierno se gaste más, pero en ellos. Con la misma boca con la que también se quejan de que les cierren el colegio o el consultorio médico, que se paga con impuestos, con la misma boca con la que llaman “paguitas” a toda ayuda que no sea a ellos y con la misma boca con la que dicen estar defendiendo “el mundo rural”, lleno de jubilados que cobran de las cotizaciones a la Seguridad Social que algunos empresarios del campo no pagan cuando emplean a inmigrantes sin papeles.

Lo más curioso es oírlos decir que funcionan con pérdidas porque les pagan menos del coste de producción y, a consecuencia de ello, pedirle al gobierno que “les paguen más”. Curioso, porque ellos son empresarios y por tanto cobran exactamente lo que quieren. Nadie, y menos aún el gobierno, les obliga a cobrar una cantidad determinada. Pero no se han manifestado ni se han unido contra las grandes empresas de intermediación, que son las que realmente deciden lo que les pagan, ni han decidido implantar ellos mismos una política de precios mínimos. No hombre no, que entonces esas grandes empresas a lo mejor se enfadan y a lo mejor a las asociaciones convocantes de la manifestación de ayer no les gusta que se enfaden esas empresas, y menos aún a los partidos políticos que apoyaron la manifestación. Por lo visto pretenden que el gobierno haga algo así como una ley que les impida a ellos mismos cobrar menos de una cantidad determinada ¿¿¿??? u obligue a sus clientes a pagarles una cantidad mínima. O sea, una especie de “salario mínimo” para los empresarios del campo. Pero ASAJA no solo está contra la última reforma laboral, sino que también dijo en su día que era inadmisible la subida del salario mínimo de los trabajadores y rechaza la subida de las cotizaciones de los autónomos. A lo mejor es que a algunos empresarios del campo les gusta mucho decirle a los trabajadores, sobre a todo a los “ilegales”, que yo te pago esto y son lentejas. Les gustan las lentejas para los demás, pero para ellos no, la ley del marcado para los demás, pero para ellos no; al igual que lo de los demás son “paguitas” pero lo suyo son ayudas para salvar “al campo”.

También es muy curioso oírles quejarse de que los jóvenes se marchan de los pueblos. Que nos llamen locos, pero a lo mejor en su marcha tiene algo que ver que algunos empresarios del campo les paguen una mierda, les metan 12 horas de jornada diaria y les paguen una parte en B, suponiendo que tengan la suerte de que les den de alta en la SS. A lo mejor tiene algo que ver con su marcha que el pueblo ya no tenga colegio ni consultorio diario, que es una de las consecuencias directas de bajar los impuestos y del fraude fiscal.

Es extraordinariamente obvio que el verdadero mundo rural tiene muchísimos problemas y que incluso se podría decir que “se muere”. Pero desde luego quienes no lo van a salvar son los empresarios del campo, o al menos algunos empresarios del campo, pidiendo solo lo suyo y que lo saquen de lo de todos los demás.

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