Los descarados privilegios legales del lobby del transporte: los falsos autónomos.

Ya sabréis que ha habido un acuerdo entre el Gobierno y las patronales del transporte por el que han desconvocado la mal llamada “huelga” que tenían convocada para esta semana. Ya explicamos (enlaces al final) que eso no era una huelga sino simplemente una acción de lobby para hacerle presión al Gobierno y pedirle dinero, ni más ni menos. Es exactamente lo que han conseguido. Primero: 140 millones de euros para “digitalización de empresas de transporte y capacitación digital de los profesionales”. Segundo: seguir pagando el gasoil a menor precio que los demás. Tercero: que no les pongan peajes a las empresas del transporte aunque sí que se los pusieran a los demás.

Pero además de estos privilegios injustificados, que han nacido o se han mantenido con este acuerdo, anteriormente ya había otros privilegios legales descarados para el lobby del transporte. Incluso en la legislación laboral, que es en la que nos especializamos en Laboro. Empecemos con el tema de los autónomos del transporte, entendiendo por tales a los camioneros o furgoneteros que utilizan su propio vehículo y que no tienen empleados.

Pocos son los trabajadores y empresarios fuera del transporte que saben que en España existe una legislación “a medida” para los camioneros y furgoneteros autónomos. Especial porque no solo beneficia totalmente a los empresarios del transporte a costa de esos autónomos sino porque no existe nada parecido en sectores o situaciones que podríamos considerar análogos. O sea, que les hicieron una legislación “a huevo” solo para el uso y disfrute de los empresarios del transporte en perjuicio de los autónomos del transporte. Igual que ahora tienen un acuerdo a la medida por el cual ellos no pagarían peajas pero todo los demás sí.

Esa legislación especial sirve para que los transportistas autónomos no puedan demandar a las empresas del transporte reclamando ser falsos autónomos (enlaces al final para saber lo que es un falso autónomo). Si no existiera esa legislación a la medida, un camionero falso autónomo podría demandar a la empresa reclamándole ser un empleado normal y por tanto las vacaciones, el salario de convenio, las jornadas máximas y sobre todo las cotizaciones a la Seguridad Social de los últimos 4 años y la indemnización de despido. Lo mismo que ha pasado recientemente con los “riders”. Esta legislación especial que impide esta reclamación es el art.1.3.g del Estatuto de los Trabajadores:

“Se entenderá excluida del ámbito laboral la actividad de las personas prestadoras del servicio de transporte al amparo de autorizaciones administrativas de las que sean titulares, realizada, mediante el correspondiente precio, con vehículos comerciales de servicio público cuya propiedad o poder directo de disposición ostenten, aun cuando dichos servicios se realicen de forma continuada para un mismo cargador o comercializador”.

Lo podían haber escrito de otra forma más breve y sencilla: “no nos sale de los cataplines que los transportistas falsos autónomos demanden a las empresas del transporte”. Habría significado exactamente lo mismo, porque no hay absolutamente ninguna justificación de ningún tipo para excluir a los conductores de las relaciones laborales de una forma tan descarada. Con unos ejemplos lo vais a ver más que bien:

Un informático en teletrabajo en su casa, de los que tras la pandemia hay miles y ya había muchísimos antes de la pandemia. Con una legislación como la de los camioneros, no serían trabajadores de su empresa sino que serían “autónomos” si pusieran su propio ordenador y la conexión a internet. ¿Por qué? Por un estudio de la Universidad Mybrownballs. Lo mismo podría suceder con un periodista que no trabajara en las oficinas de un medio de comunicación sino haciendo canutazos en la calle o redactando en su casita. Ya que nos la sacamos, ¿por qué no metemos también a los vigilantes de seguridad? Esos no trabajan en las oficinas de la empresa, por lo que los podríamos poner a todos de autónomos solo porque se compraran el pito y el walkie-talkie. Qué narices… también a todo el personal de los bancos, que ya que estamos cerrando casi todas las sucursales, aprovechamos y los ponemos a currar en casa de autónomos porque la silla y la mesa son suyas.

Menudos autónomos más raros que son los camioneros. La empresa de transportes que les paga es la que les pone los horarios, les pone el resto de condiciones y les pone hasta los precios y la fecha y forma de pago, que curiosamente más o menos suman lo que vendría a ser un salario mensual. O sea, que serían casos de falsos autónomos de libro si no fuera por el citado art.1.3 ET.

Es obvio que los transportistas autónomos están aún peor que las limpiadoras del hogar, que ya es decir. Estas tienen una relación laboral de carácter especial, que por supuesto significa que es mucho peor que la relación laboral ordinaria. Pero por lo menos es laboral y tienen unos pequeños derechos como jornadas máximas, vacaciones e incluso indemnizaciones de despido. Los transportistas autónomos ni eso. Los empresarios del transporte solo tienen que preocuparse de tener clientes. Teniendo clientes, acuerdan el porte, llaman al autónomo, le pagan menos y sacan su beneficio de la diferencia. Y ya está. No hace falta ni tener camiones. Luego los problemas del autónomo que se los coma el autónomo y por supuesto no le pagan ni bajas ni vacaciones ni cotizaciones ni nada de eso que los empresarios llaman comunismo. Ya quisieran los empresaurios de cualquier otro sector que se lo hubieran puesto a huevo igual que a los empresarios del transporte.

Lo más grande es que ahora nos pretendan vender el acuerdo del otro día como si estuviera pensado para los camioneros y no para las empresas del transporte. Por lo visto se va a prohibir que los camioneros descarguen. Fíjate qué bien, igual que está prohibido desde hace más de 100 años hacer horas extras ilegales y más aún sin cobrarlas.

Para los laboreros fieles, que se leen los artículos hasta el final, hemos dejado un dato por el que ya se estarán preguntando. ¿Quién gobernaba cuando se aprobó esa legislación “especial” para los camioneros autónomos? Redoble de tambor. Platillazo. El trapecista se lanza desde la plataforma. Continúa el redoble de tambor. Crece la tensión. Silencio en las gradas. Tres platillazos, el trapecista Felipe González se suelta, da tres giros a través de una puerta y es recogido al vuelo por el portor del consejo de administración. ¡¡Tacháán!! El público enfervorizado aplaudió en sus asientos esta magistral función del circo de los Hermanos Socialisten de 1994. La misma función en la que los funambulistas quitaron el plus de nocturnidad, los payasos quitaron el plus de antigüedad y los malabaristas quitaron el complemento de horas extras. Si quieres más información sobre otras funciones históricas del mismo circo y de otros, consulta los enlaces a continuación.

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