Pero más obvio aún es que directamente es mentira que exista esa especie de separación entre las responsabilidades de la empresa y las responsabilidades de sus “encargaos”. Sean quienes sean esos encargaos y el nombrecito superguay que tengan sus cargos dentro de la empresa: que si CEO, que si director general, que si director de proyecto… Es mentira por la sencillísima razón de que tú no trabajas para el encargao, ni para el CEO, ni para el jefe de desarrollo de la estación espacial, ni para el director de la oficina bancaria… Tú trabajas solo para la empresa, no para el encargo. Tú tienes una relación laboral solo con la empresa, no con el encargao. Pero la empresa es una persona jurídica, no una persona física. La empresa no tiene ojos ni oídos ni manos ni pies, por lo que la empresa no puede hablar contigo, ni darte órdenes, ni pagarte ni dejar de hacerlo. Como es imposible metafísicamente que la empresa actúe sola, tiene que actuar mediante otra persona física que la represente, que puede ser el propio empresario o bien uno de sus encargaos. Así lo dice textualmente el art.20.1 ET: “El trabajador estará obligado a realizar el trabajo convenido bajo la dirección del empresario o persona en quien este delegue.” Por ello, todo lo que haga o diga el encargao al dirigir el trabajo es como si lo hiciera o dijera la empresa.
La consecuencia es evidente. Toda deuda o responsabilidad derivada de la actuación del encargao en la dirección del trabajo es reclamable judicialmente a la empresa. Es la empresa la que te va tener que pagar las horas extras que te dijo el encargao que hicieras, la que te va a tener que devolver el salario variable perdido, la que sería sancionada en caso de grupo ilegal de Whatsapp… No tienes que demostrar que el encargao lo haya hecho por orden de la empresa, porque el encargao es la empresa en la dirección del trabajo; es así de sencillo.
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Madremia. He estao está mañana en el CmAC de Córdoba y estaba petao. Cómo está la patria laboral. ¿Estará espabilando el personal o es que les habrán dicho que había hoy el black fridey?
ResponderEliminarLas veces que ido a la Plaza de los Cubos en Madrid, donde están los Juzgados de lo Social, siempre he visto en las paredes folios enteros llenos de listas de juicios laborales.
EliminarEl empresario birla como quiere de las nóminas. Algunos van a decírselo cuando reciben la nómina y ven el sablazo. Y les dice que ha sido un error, que al mes que viene vendrá correcto y además lo que le falta del presente. Luego es mentira. Y el trabajador en cuestión, uno de tantos, vuelve a patalear. Se le acumulan las diferencias salariales y las engañifas. Algunos, después, cogen y se van de la empresa, baja voluntaria, porque el empresario no paga bien. Sí, sí. Ala ahí te quedas. Lo más gracioso es que al tiempo vuelven a pedir trabajo al mismo sitio porque creen que esa vez ya no les van a trolear más, porque sino ya ha visto el empresario que se van otra vez de la empresa y eso le quita el sueño. Je. Como es normal, los vuelven a acoger sin ningún reparo (madera de pardillo vuelve a casa por navidad, frotada de manos). Al cabo de un tiempo otra vez lo mismo. Se van. En vez de quedarse y reclamar. Se van. Y el empresario les dice ¿Hasta pronto?
ResponderEliminarA mí me dicen que reclamo lo que me falta de salario porque no tengo hipoteca ni soy consumista. Pardiez, será más lógico que reclamen los hipotecados consumistas, que necesitan más dinero. Pues no se da. Poner una demanda es inversamente proporcional a las necesidades económicas del trabajador. A ver, algún matemático que explique este inexplicable teorema.
ResponderEliminarClaro hombre. Ten en cuenta que la culpa de que ellos se hayan metido en una hipoteca que no pueden pagar y de que ellos sean consumistas no la tienen ellos mismos, sino el gobierno, la empresa, los sindicatos, la Inspección de Trabajo...
EliminarEl teorema es muy sencillo: "el padefo no tiene responsabilidad ni culpa cuando hace lo mismo que todo el mundo".
No pasa na. Ahora están más calmaos y entretenidos por el sistema imbecilizante. Ahora tienen ración de fútbol con el mundial. Su felicidad es sacar de paseo sus deudas y su compreteo inútil compulsivo a ver el bus de dos pisos descapotables portachampiones del mundo, camino a la fuente de los tocapelotas ganadores. Pd: Para tocar las pelotas no necesariamente hay que ser futbolistas, por eso a muchos parece que les gusta cualquier versión indistintamente de la procedencia del puntapié. La selección de empresarios juega a todas horas el mundial, hasta cuando no toca.
EliminarQue me gusta sacar los pies del tiesto
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