Este puede ser uno de los artículos más importantes publicados hasta ahora en Laboro, si por importante entendemos que cualquier trabajador debería leerlo para entender
qué es realmente y sobre todo para qué sirve de verdad una empresa en Españistán. Saberlo es condición necesaria, aunque no suficiente, para defenderse y poder anticiparse a los movimientos de la empresa.
Imaginad un listillo que quiere montar una casa de citas, por llamar suavemente a la típica casa de putas. Por supuesto sin dar de alta en la SS ni a dios y todo con dinero B. El listillo monta el negocio en una casa de su abuela tonta, que todo se lo cree y todo lo firma, y la pone al frente del negocio, diciéndole que es un hotel. El listillo se limita a ir de vez en cuando a llevarse los beneficios. Esta forma de hacer negocios tiene muchísimas ventajas, pero tiene el problema de disponer de una abuela que reúna los siguientes requisitos:
- Que sea la propietaria o inquilina de la casa de citas.
- Que sea ella quien cobre a los clientes y pague a las trabajadoras.
- Que sea lo suficientemente gilipollas para darle luego todos los beneficios al nieto listillo.
- Que sea responsable de sus actos, es decir que no estuviera incapacitada, para que la abuela se comiera el marrón si pasara algo.
No todo el mundo tiene a su disposición una persona así pero ¡¡¡tachán!!! para eso se inventaron las personas jurídcas. A diferencia de una persona física con orejas, una persona jurídica sólo existe en el papel. Por tanto el listillo podría inventarse una abuela ficticia, siempre que ésta pueda comprar, vender, contratar, entregarle los beneficios y asumir todas las responsabilidades. Pues bien, las empresas son personas jurídicas que satisfacen todas estas necesidades, especialmente la última. Una empresa tiene la responsabilidad limitada. Esto es lo que suelen ignorar los trabajadores. Es la empresa y no el empresaurio quien asume todos los derechos y las obligaciones de la empresa, por lo que las deudas que pueda contraer la empresa están garantizadas sólo por los bienes que pueda tener la empresa a su nombre pero no por los bienes del empresaurio. Menudo invento éste de las empresas. Incluso hay otro tipo de personas jurídicas más útiles en algunos casos, como las asociaciones y las fundaciones, lo cual sería motivo de otro artículo. Además, las empresas como personas jurídicas tienen más ventajas para el empresaurio que la abuela tonta:
- La abuela tonta existe o no existe, pero no se puede crear. La empresa sí.
- La abuela se morirá pero no se sabe cuándo, pero la empresa puede vivir eternamente o morir instantáneamente a voluntad de su Dios hacedor: el empresaurio.
- La abuela podría negarse a darle los beneficios al nieto listillo, pero la empresa no porque no tiene voluntad propia como tampoco la tiene un grifo o una percha.
- Una empresa puede cambiar de nombre cuando le de la gana al empresaurio. No sólo de nombre, sino de domicilio, administradores e incluso de objeto social. En caso de ser necesario incluso se puede crear otra empresa y pasarle todos los clientes de la empresa anterior. En cambio no es fácil cambiarle el nombre a la abuela o transformarla en bicicleta y más difícil aún es crear abuelas nuevas y pasar a su nombre la pensión de la abuela anterior.
- La abuela genera gastos aunque no tenga actividad, pero la empresa no.
Si además se trata de una empresa en Españistán las ventajas son mayores, porque Españistán es la tierra prometida, donde
los empresaurios declaran menos ingresos que sus empleados y Yahveh no dice nada. Es decir que la empresa cobra en dinero B, por lo que el empresaurio se lo lleva directamente a su casita calentito en billetes de 500€. Si tiene miedo de tenerlo en casa puede meterlo en una caja de seguridad del banco, de la que no consta oficialmente su contenido. ¿Es que os creéis que se inventaron para guardar las joyas? Cuando tenga mucho B acumulado puede comprarse una casa vieja con el dinero A y reformarla a todo tren pagando la reforma con el B, ya que el arquitecto y el constructor a su vez estarán encantados de cobrar en B.
Al final lo habitual es una empresa creada por un empresaurio, que no tiene bienes porque el local es alquilado. Casi todo el dinero que entra va en B y se lo queda directamente el empresaurio. Una pequeña parte de los ingresos sí se declaran para que el IVA no les salga a devolver, cosa que da mucho el cantazo ante Hacienda. Cuando el verdadero negocio se acaba, es decir cuando se seca la fuente de dinero B, entonces se saca el poco dinero A que quedara en la empresa y se despide a los empleados por causas objetivas económicas. Normalmente les pagan los despidos no sea que alguno no sea padefo y le de por probar la existencia del B y les joda el invento completo, porque las responsabilidades ante Hacienda y la SS no prescriben hasta los 4 años y si de trata de delito, a los 10 años. Pero si se ponen pueden dejar de pagar las nóminas y declarar la empresa en concurso de acreedores para que les acabe pagando el FOGUASA.
Una analogía extraordinaria la podéis encontrar en la película "Cadena Perpetua". En cierta escena, Andy (Tim Robbins) le explica a Red (Morgan Freeman) cómo saca el dinero sucio que cobra el alcaide poniéndolo a nombre de Randall Stevens. Red le pregunta quién es ese señor y Andy le contesta: "Es un fantasma, una aparición, primo segundo de Harvey el conejo. Le he hecho aparecer del aire. No existe, excepto en papel... El señor Stevens tiene un certificado de nacimiento, licencia para conducir, número de la seguridad social..." Todo chico listo que haya visto la película se habrá preguntado cómo c... se hace eso. Pues muy sencillo: creando una empresa en Españistán. No hace falta inventarse a la abuela ni a Randall Stevens.