Por qué los abogados “laboralistos” no quieren tu caso.

Aunque cualquier trabajador puede demandar a su empresa él solo sin pagar, muchos suelen preferir buscar un abogado o graduado social para que se ocupe de su caso. Pero en todas las profesiones hay buenos y malos. Los buenos son los laboralistas y los malos son los que en Laboro llamamos “laboralistos”, es decir los que van a lo suyo por encima de los intereses y deseos del cliente. Una de las formas de ir a lo suyo es mentir a los clientes diciéndoles que “no se puede” demandar, que “no tienes caso”, que “no tiene recorrido”, que “la empresa puede hacer lo que quiera”... en casos en los que por supuesto sí que se puede demandar, sí que hay caso, sí que tiene recorrido y la empresa no puede hacer lo que quiera legalmente.

La regla de oro de los laboralistos es que solo quieren ir a lo fácil sin importarles que sea contra los intereses del trabajador. En general, el laboralisto no quiere necesariamente ganar el caso de la forma en la que tenga derecho el trabajador, sino que su negocio es rellenar formularios prefabricados solo de casos habituales y luego presionar al trabajador para que acepte cualquier acuerdo que proponga la empresa por muy a la baja que sea. El laboralisto tiene a su favor que el trabajador casi siempre tiene razón, gracias a las ilegalidades más que generalizadas de los empresaurios y a las chapuzas de sus “asesorías pepe” con los contratos y las nóminas. Además en la mayoría de los casos es la empresa la que tiene la carga de la prueba, con lo que es fácil que se produzca la oferta rebajada porque también conviene a la empresa.

Pero para poder ir a lo fácil, lo tiene que permitir el caso del que se trate. Por tanto, lo primero que hace el laboralisto es decidir si te acepta o no tu caso y probablemente lo hará sobre la marcha solo con oírte contarlo. Teniendo en cuenta que, para un laboralisto, los casos pueden ser no deseables por el asunto pero también por el cliente. Por ejemplo para un laboralisto puede no ser deseable el cliente que en general conozca las normativas legales e incluso la doctrina relacionadas con su caso, que no sea fácil de engañar y especialmente el que luego pudiera darse cuenta si el laboralisto se equivocara o no hiciera lo suficiente.

Si el laboralisto decidiera no coger tu caso aunque tuvieras razón y pruebas, si es que fueran necesarias, no te diría que no quiere sino que no se puede, que vas a perder, que no lo puedes demostrar, que es peor demandar… Un laboralisto no te dice que no quiere el caso sino que no tienes caso aunque sí que lo tengas. Por ejemplo, un laboralisto podría no querer coger un caso de reclamación de salario variable o de horas extras ilegales habituales, porque en una demanda de reclamación de cantidad hay que poner la cantidad exacta que se pide y explicar por qué. Lo que supondría ponerse a hacer unos conteos y cálculos más o menos tediosos que los laboralistos sencillamente no quieren y/o no saben hacer. ¿El laboralisto te va a decir que no quiere hacer las cuentas porque se cansa, no tiene ganas y ni siquiera está seguro de saber hacerlas? ¿O el laboralisto te va decir que el salario variable y las horas extras ilegales habituales no se pueden probar? Por la misma razón, para el laboralisto tus nóminas estarán siempre bien y tu convenio será el correcto. Porque si estuvieran mal o te estuvieran aplicando un convenio con salarios inferiores, tendría que saber hacer y de hecho hacer bien las últimas 12 nóminas correctas y explicar las cuentas en la demanda para reclamar la diferencia.

Los laboralistos tampoco suelen querer los asuntos de acoso laboral. En estos casos, la demanda hay que meterla en la modalidad de tutela de derechos fundamentales y eso no suele venir en los modelos y un laboralisto ni siquiera sabe bien cómo hacerla. Además puede ser necesario citar testigos oficialmente, trascribir unas grabaciones… O sea que no sería a lo fácil, no lo querría y por eso el abogado laboralisto te diría que el acoso es muy difícil probarlo, que se pierden todos los casos, que es tu palabra contra la de la empresa...

Sea por no saber, sea por no querer o sea por la dos cosas, una de las formas favoritas de los laboralistos para quitarse casos de encima es decir que las grabaciones ocultas no valen. Lo cual es o bien una mentira descarada o bien una ignorancia profesional del derecho laboral del primer libro de las tortugas ninja. Pero ahora es más difícil colar que las grabaciones ocultas no valen, porque los trabajadores ven la tele; por lo que algunos laboralistos dicen que sí que valen pero que los jueces no las suelen admitir; como si lo pudieran hacer a su libre albedrío sin motivarlo y esa inadmisión no se pudiera impugnar. Al decir que no valen las grabaciones, se quitan de encima muchos de los casos que no quieren atender, porque a veces no se pueden probar de otra forma. De todas formas, al laboralisto pata negra en realidad le da lo mismo que te des cuenta de que te está mintiendo y de que simplemente no quiere tu caso, porque aunque lo aceptara sería muy probable que jamás volvieras a acudir a él ni lo recomendaras después de que hubieras sufrido sus artimañas posteriores en el proceso, de las que hablamos en otros artículos de esta sección de Laboro.

Por el contrario, los casos que habitualmente son del gusto de los laboralistos son los despidos, especialmente los despidos disciplinarios por causas inventadas, como el clásico despido por supuesto bajo rendimiento. No solo pueden ser los casos de más dinero sino también los más factibles para ir a lo fácil. Primero meter la solicitud de conciliación y demanda de despido con los modelitos de siempre. Como la empresa sabría de sobra que el despido no sería procedente, podrían ofrecer una indemnización muy rebajada en el acto de conciliación o el mismo día del juicio y entonces el laboralisto tendría el campo libre para meterte caña o incluso miedo para que la aceptaras. Por eso, los abogados laboralistos nunca admiten que tu caso pueda ser de despido nulo o te vienen con el cuento de que "es muy difícil", como si fuera algo así como ganar la lotería. Tendrían que ir a juicio si admitieran que fuera un despido claramente nulo, porque las empresas casi nunca ofrecen la readmisión en conciliación sino solo la indemnización por despido improcedente. Además, el despido nulo con violación de derechos fundamentales supone el derecho a cobrar una indemnización adicional además del derecho a la readmisión, por lo que admitir que tu despido pudiera ser nulo supondría reducir las posibilidades de que tú aceptaras la indemnización rebajada que te ofreciera la empresa.

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