“Persona trabajadora” pero no “persona delincuente”. Las dificultades del lenguaje inclusivo molón en la técnica legislativa.

Hace ya más de dos años que en Laboro informamos de que el “lenguaje inclusivo” ya había llegado al Estatuto de los Trabajadores y a la Ley de la Seguridad Social. Ahora son varios los artículos de esas leyes que dicen “persona trabajadora” donde antes decía “trabajador”. Por lo visto el término “trabajador” no incluye a las mujeres, por lo que las empresas han sido tontísimas en los últimos 40 años. En el ET y en la LGSS es donde pone que hay que pagar indemnizaciones de despido, pagar las cotizaciones, dar vacaciones... así que si no incluían a las trabajadoras no les tendrían que haber dado nada de eso y hubiera sido legal. De hecho las empresas parece que siguen siendo tontísimas, porque aún hay artículos que no han reformado y siguen diciendo “trabajador”, por lo que por lo visto estos artículos hablan de derechos solo de los hombres que no tienen las mujeres. ¿Que no lo entiendes? Pues escribe a alguna tele o radio donde tengan a alguna persona contertulia experta y que le pidan que te lo explique.

Pero parece que ha pasado desapercibido el hecho irrefutable, por estar publicado en el BOE, de que otras leyes del Estado no se están traduciendo del español al lenguaje inclusivo. Ni siquiera las leyes orgánicas, que digamos que son las más importantes. Como ejemplo vamos a tomar la Ley Orgánica del Código Penal, que es la que regula lo que es delito. Varios artículos del Código Penal citan a “el delincuente”. Sin embargo, algunos de estos artículos (22, 57, 192, 301, 511) los han modificado este mismo año sin cambiar "el delincuente" por “la persona delincuente” ni tampoco por “el delincuente y la delincuente”. ¿Por qué? Intentemos analizar el tema desde la perspectiva de género como haría una persona contertulia; aunque la verdad es que eso cuesta mucho trabajo porque hay que saber absolutamente de todo y, aún encima, de un día para otro o incluso sobre la marcha.

En primer lugar sería una chorrada poner “el delincuente y la delincuente” porque son la misma palabra. No acaba una en “a” y la otra en “o”, así que no hay necesidad. La “o” es machista pero la “e” es neutra. “Persona” y "delincuente" son genéricos pero “trabajador” no. Si no lo entiendes ya te lo explicarán las personas contertulias, porque eso es muy técnico y no estamos aquí para los señoritos. No preguntes a la Real Academia por twitter, que esos no saben lenguaje inclusivo porque no se apuntaron al curso online que dieron los sindicatos. Y eso que era gratis para los afiliados que pagan afiliación, gracias a una subvención de la Consejería de Empleo con cargo al Fondo Social Europeo.

Si poner “el delincuente y la delincuente” sería una chorrada, pues entonces también sería una chorrada poner “persona delincuente”, porque está claro que dentro de los delincuentes están los hombres y también las mujeres, por la cosa de la “e”. En cambio, dentro de “trabajador” solo están los hombres, aunque las empresas sean tontísimas por no darse cuenta. "Trabajador" no acaba en “o” pero sí que tiene una “o” por ahí por el final, que es la que lo contamina todo como un coronavirus patriarcal. Por eso lo cambiaron por “persona trabajadora” y no por “individuo trabajador”, que habría sido doblemente machista por doble “o”.

Además, si pusieran “persona delincuente” estarían asociando la delincuencia con las mujeres, porque "persona" es femenino por la cosa de la “a”. Pero “persona trabajadora” no se asocia solo con las mujeres sino también con los hombres, porque el trabajo es una cosa mala y la delincuencia es una cosa buena. O al revés, que esto es mucho lío y tampoco te estamos cobrando por leer este artículo, así que si tienes dudas te vas preguntar al centro de la mujer de tu Ayuntamiento.

En resumen: cambiar “trabajador” por “persona trabajadora” no solo está bien sino que la igualdad laboral se consigue empezando por ahí; pero cambiar “delincuente” por “persona delincuente” sería una tontería. ¿Qué va a ser un delincuente sino una persona? ¿A que no existen los perros delincuentes ni los elefantes delincuentes ni los osopollos delincuentes? Pues eso.

Hay quien dice que el "lenguaje inclusivo" es ridículo y más feo que el baño de una gasolinera, pero al mismo tiempo también dice que existe la violencia machista, la brecha salarial entre hombres y mujeres o el machismo generalizado en la sociedad. Pero eso no se vale. Si no te gusta "persona trabajadora" es que te gusta violar niñas y despedir a mujeres por tener hijos. Una cosa va con la otra, pero los machistas se empeñan en buscarle tres pies a la persona gata.

Fe de erratas: En el título de este artículo hay un error patriarcal. Donde dice “las dificultades del lenguaje inclusivo molón en la técnica legislativa” debe decir “los problemas de la lengua inclusiva molona en la técnica legislativa”. ¿Por qué? Pues porque si no o bien discriminas a las mujeres porque las pones o bien porque no las pones, que no es tan difícil entenderlo. ¿Cómo que “las dificultades”? Será “los problemas”, porque si lo dices en femenino estás asociando a las mujeres con algo negativo. Que sí. ¿Cómo que “lenguaje inclusivo”? Si es que el mismo lenguaje inclusivo está infestado de quintacolumnistas. Será “lengua inclusiva”, porque si dices lenguaje estás diciendo que es un patrimonio de los hombres que no pertenece a las mujeres y que por tanto no tienen derecho a hablar. Superclaro.

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