Sancionar a las asesorías es la solución a muchísimos fraudes laborales.

Toda empresa necesita gestionar sus asuntos legales laborales: contratos, nóminas, seguridad social, bajas médicas, despidos… Hay empresas, sobre todo las grandes, que lo gestionan ellas mismas; pero la mayoría le encargan todos sus asuntos a una asesoría externa. Como todo en la vida, hay asesorías buenas y muy buenas, pero también las hay malas e incluso patéticas. Estas últimas son las que en Laboro llevamos más de 10 años llamando “asesorías Pepe”.

Este tipo de asesorías de chichinabo son responsables o al menos corresponsables de una gran parte de los fraudes laborales y sociales y chapuzas variadas que sufren los trabajadores. No os equivoquéis: que la empresa quiera echaros es culpa de la empresa, pero es culpa de su “asesoría Pepe” la mierda de contrato ilegal que os han hecho, o la mierda de nómina que no cuadra por ningún sitio con el convenio e incluso tampoco con el sencillísimo salario mínimo. De la misma forma que es culpa de las “asesorías Pepe” las chapuzas que hagan con vuestras altas, bajas y cambios de situación en la SS. Incluso hay casos en los que la empresa despide al trabajador sin quererlo despedir, porque Pepe les dice que “se le acaba el contrato”.

Ya hemos explicado en Laboro que las “asesorías Pepe” funcionan así porque es lo más fácil y les dejan. Es lo que se conoce como un “win-win”: o ganan o ganan, pero nunca pierden. Si pasara algo, quien pagaría sería la empresa cliente, pero no la asesoría ni menos aún Pepe como persona física. Por “pasar algo” se puede entender cualquier ilegalidad o irregularidad que conduzca a que la empresa cliente tenga que pagar una indemnización, o una sanción, o las dos cosas, o incluso posibles condenas penales por temas más graves. Pepe sabe que en la mayoría de ocasiones o no pasa nada o pasa muy poco; no porque Pepe lo haga bien sino porque los trabajadores de las empresas clientes perjudicados por sus chapuzas no inician las acciones legales pertinentes, o las inician pero llegan a un acuerdo por cuatro perras en el acto de conciliación aconsejados por un abogado “laboralisto” o por un “sindicato”. Sin embargo, las “asesorías Pepe” cobran a sus empresas clientes en todos los casos, tanto cuando no pasa nada, como cuando pasa poco, como cuando pasa mucho. Lo dicho: un “win-win”.

Por eso, sería extraordinariamente bueno e imprescindible que la LISOS permitiera que la Inspección de trabajo sancionará también a las asesorías. El art.2 de la LISOS, que define los sujetos responsables de la infracción, debería incluir también a las asesorías cuando sean colaboradoras necesarias o incluso las únicas responsables de las faltas sancionadas.

¿Por qué? Pues porque es indiscutible que los estropicios, improvisaciones e ineptitudes de las “asesorías Pepe” no solo pueden perjudicar a sus empresas clientes, sino que siempre perjudican a los trabajadores de esas empresas e incluso también pueden perjudicar a la SS, cuando producen falta de cotizaciones. Por tanto también perjudican a cualquier afiliado que pueda cobrar una prestación (jubilación, paro, incapacidad, maternidad y paternidad...) de la SS ahora o en el futuro. Perjudican a terceros con los que no tienen relación y al Estado (SS) y aún encima cobrando por hacerlo, por lo que tiene que haber un castigo y además importante. Sería la cura instantánea de la mayoría de los males, porque el negocio dejaría de ser un “win-win”. Ya verás tú como se acaban las tonterías el día que les puedan meter unas decenas de miles de euros a las asesorías por cada contrato temporal en fraude que hagan o por cada contrato fijo discontinuo en fraude que perpetren. Ya verás como entonces dejaban de decirles a las empresas clientes que se pueden “acoger” a otro convenio con salarios inferiores. Ya verás tú como empezaban a meter las horas extras en su lugar correcto.

Ya hemos contado muchas veces que en Laboro hemos visto todo tipo de truños de Pepe en temas que sería muy sencillo hacer bien: contratos con la causa de temporalidad en blanco, contratos temporales sin firmar, con lo que son indefinidos solo por eso, dejar el convenio en blanco, nóminas en las que ni siquiera cuadra la suma, nóminas en las que meten las horas extras donde sea menos en el sitio correcto, contratos sin periodo de prueba válido porque no lo saben poner, reducciones de jornada por hijos que las meten como contratos a tiempo parcial o en las que reducen el sueldo pero no reducen la jornada en la SS, firmar finiquitos para excedencias, convenios de empresa que no los registran… En Laboro incluso hemos conocido casos de trabajadores de “asesorías Pepe” a los que Pepe les había hecho mal la nómina, el contrato y el despido. No hacen bien ni lo suyo.

Lo más grande es la excusa favorita de Pepe: mi asesoría hace lo que me piden los clientes, pero yo antes les aviso de que está mal, por lo que si pasa algo la culpa es de los clientes. Solo por decirlo queda claro que es Pepe de la “asesoría Pepe”. Es como si un médico dijera que operó de apendicitis al enfermo, que en realidad tenía cáncer de colon, porque se lo dijo el enfermo y que por eso no tiene culpa de que se haya muerto. Es como si contrataras a un sicario para darle una paliza a tu vecino, os pillaran y el sicario al que pagaste por hacerlo dijera que él no tiene culpa porque te dijo que eso estaba mal y no le hiciste caso. Es como si le dijeras a un arquitecto que te quitara todas las columnas de tu local, se derrumbara el edifico y luego dijera que la culpa no es suya porque te dijo que eso no era bueno. Y todo eso, cobrando.