Qué es el lavado de dinero en casa del empresaurio hispánico.

Los trabajadores muchas veces oís en la televisión que a cierto gran empresario o político conocido se le ha procesado judicialmente por delitos económicos, entre los que se suele citar el “lavado” o “blanqueado” de dinero. Os soléis creer, equivocadamente, que eso son asuntos de grandes empresas y de muchísimo dinero, a contar al menos por cientos de millones de euros. Pero también existe el lavado de dinero cutre salchichero, al nivel patrio de nuestros empresarios hispánicos. Vamos a explicaros un poco por encima cómo funciona el asunto.

Empecemos aclarando lo que es el lavado de dinero, porque muchos ni siquiera tenéis claro el concepto básico del que hablamos. Si el delito y/o fraude es lavar o blanquear, quiere decir que el dinero que se lava o blanquea es dinero sucio o “negro”. El empresaurio quiere que su dinero negro o B se convierta en dinero “blanco” o A. Ese es el objetivo.

Algunos pensaréis que eso es una tontería, porque si el empresaurio tiene un dinero del que Hacienda no sabe nada y del que no ha pagado impuestos, ¿para qué va a querer regularizarlo “pasándolo” por Hacienda y por la contabilidad oficial pagando impuestos? Pues por ejemplo porque sea un dinero que proceda de actividades ilegales, como el tráfico de drogas, el proxenetismo, la explotación laboral de inmigrantes "ilegales", el cobro de comisiones, las clínicas ilegales, etc. etc. En esos casos sería un dinero que el empresaurio no podría contabilizar y declarar oficialmente bajo esa actividad ni aunque quisiera hacerlo.

Una parte del dinero que se genere lo puede ir aprovechando el empresaurio de una forma tan sencilla como pagar todos sus gastos personales en metálico: comidas y cenas a todo trapo, viajes, prostitución, joyas horteras, coches de lujo seminuevos comprados a un particular, reformas de su casa… El problema surge cuando, aún así, hay tanto dinero negro o B que no se lo puede gastar todo en horteradas. O no hay tanto dinero, pero el empresaurio no es un hortera imbécil que se quiera gastar ese dinero en subnormalidades que causen más risa que envidia y sobre todo no quiere llamar demasiado la atención. Es entonces cuando el empresaurio no sabe qué hacer con el dinero B, porque no puede meterlo en un banco, ya que no tendría forma de explicar de dónde habría salido. Es entonces cuando quiere “oficializar” ese dinero para poderlo usarlo legalmente.

Así podemos llegar a la forma de blanqueado de dinero más "pura", por así decirlo, que es montarse un negocio al que no va nadie. ¿Nunca os ha llamado la atención ese restaurante tan grande de vuestra ciudad que no solo nunca está lleno sino que la mayoría de los días ni siquiera parece tener apenas clientela? Un negocio en el que los lugareños no se explican cómo se pueden pagar los gastos del local y del personal durante tantos años sin que haya ingresos. ¿Acaso el empresaurio pierde dinero por gusto, para mantener a sus empleados y al dueño del local por placer? Quien dice restaurante dice cualquier tipo de negocio, aunque el restaurante es uno de los más propicios porque tiene la ventaja de poder pagar el IRPF por módulos y que el IVA es solo del 10%, por lo que el empresaurio pagará menos impuestos del dinero lavado en un restaurante que si lo lavara en otro tipo de negocio. Lo que hace el empresaurio es inventarse facturas de ese negocio. Contabilizar y declarar que con ese negocio ha facturado 2 millones de euros anuales, cuando la realidad es que ese dinero lo ha ganado con su actividad ilegal. Así consigue lavar o blanquear esos 2 millones de euros, que se han convertido de dinero ilegal o sucio en dinero legal o limpio. Otra forma típica de blanqueo es comprar billetes de lotería premiados, pero con la lotería se puede blanquear mucha menos cantidad, es mucho más difícil de explicar en caso de juicio y requiere encontrar a quien quiera vender el billete.

Quizá la forma más típica y más españistana de lavar el dinero ilegal sea construirse un casoplón. No comprar un casoplón ya hecho, que no es lo mismo. El empresaurio se compra el terreno con dinero limpio A, o incluso lo hipoteca porque teóricamente ni siquiera tiene suficiente dinero limpio A para comprárselo al contado. Con el terreno es difícil engañar, porque mide lo que mide y probablemente sus medidas estén en el catastro. Pero luego el empresaurio le encarga la construcción y la decoración de la vivienda y de todos sus inmuebles anejos a un despacho de arquitectos al que pagará una parte en A, quizá con la correspondiente hipoteca, pero otra parte y quizá la mayor parte se la pagará con su dinero ilegal, sucio, en B. El proyecto y la memoria de calidades dirán una cosa, pero en realidad se ejecutará otra cosa muy superior. De esa forma no se puede decir estrictamente que se haya blanqueado ese dinero B, porque sigue sin aparecer en ningún banco ni contabilidad. Pero en realidad sí que se ha blanqueado, desde el punto de vista que un dinero que teóricamente no existía y no se podía usar se ha convertido en unos bienes materiales que sí que existen, pueden ser disfrutados y en unos años se podrán vender por un precio superior.

Hacerse el casoplón es también una de las formas más típicas de deshacerse del dinero que es negro o B solo desde el punto de vista de Hacienda, pero que no procede de una actividad ilegal. Simplemente el dinero que el típico empresaurio españistano gana ejerciendo una actividad legal, pero se le "olvida" facturarlo y contabilizarlo. ¿Para qué creéis que muchos empresaurios se niegan a aceptar pagos que no sean en metálico? Con ese dinero B no facturado pueden hacer otras cosas, como pagarles los típicos sobresueldos en B a la plantilla para ahorrarse las cotizaciones. Pero cuando es mucho… entonces el casoplón.

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