Las empresas que presumen de que no despiden a nadie.

Aunque parezca increíble, en Españistán hay muchas empresaurios y encargaos que mantienen a la plantilla sometida a ilegalidades laborales simplemente diciendo que “aquí no despedimos a nadie”. No se trata de que la empresa sea muy buena y no despida trabajadores ni cuando se lo merezcan (despido disciplinario gratuito) ni incluso cuando sea necesario (despido objetivo). Se trata de que el empresaurio o el encargao insinúan o dicen directamente que no pagan despidos, sino que el trabajador solo puede o someterse a las condiciones ilegales o firmar la baja voluntaria.

Lo más cachondo es que este truco funciona incluso con los trabajadores que quieren que los despidan o que al menos prefieren que los despidan antes de seguir en sus pésimas condiciones laborales. Funciona tan bien que hasta hay empresas en las que los propios trabajadores se dicen unos a otros, y sobre todo a los nuevos, que esta empresa no despide a nadie y que la única forma de irse es presentando la baja voluntaria. ¡¡No hace ni falta que lo diga ni el empresaurio ni un encargao!! Así de grandes son los trabajadores españistanos. Veamos unos ejemplos no solo sencillos, sino también habituales:

-Toñi, que desde mañana vas a trabajar de noches. –Ah, pues no quiero, despídeme. –Aquí no despedimos a nadie y si no te conviene me firmas la baja voluntaria.

-Porfirio, que desde mañana tienes que ir a trabajar al otro taller que tengo en el pueblo a 50km. –Ah, pues no quiero, despídeme. –Aquí no despedimos a nadie y o te vas al pueblo o presentas la baja voluntaria.

-Jacinto, que este mes te vamos a dejar de pagar los 500€ que cobras por encima de convenio. –Ah, pues no quiero, despídeme. –Aquí no despedimos a nadie y si no te gusta te vas, que a nadie le ponemos una pistola para que trabaje aquí.

-Emilio, que desde mañana vas a trabajar una hora más al día. -¿Me la vais a pagar? –Aquí no se pagan las horas extras. –Ah, pues no quiero, despídeme. –Aquí tampoco se despide, o lo haces o presentas la baja.

Los ejemplos serían infinitos. Llega a suceder que la empresa le diga al trabajador que lo quieren despedir, porque ya no les hace falta o por lo que sea, pero que tiene que firmar una baja voluntaria porque la empresa no despide a nadie. ¡¡Y el trabajador firma!! En todos los ejemplos que hemos puesto, y en cualquiera similar que os podáis imaginar, hay casos que acaban con el trabajador firmando la famosa baja voluntaria, no solo sin derecho a indemnización ni paro, sino a veces generando derecho a que la empresa le descuente los días de falta de preaviso de dimisión. Incluso hay casos extremos en los que la empresa le dice al trabajador que sí que lo despiden, que firme la carta de despido, el trabajador la firma pero no era una carta de despido sino una baja voluntaria, que por lo visto estaba escrita en arameo antiguo del Mar Muerto y no se podía saber. Hasta hay casos en los que el trabajador llega a pedir el paro con la carta de dimisión que él mismo firmó y se indigna cuando se lo niegan.

En resumen, estamos hablando de casos en los que la empresa quiere que el trabajador haga algo, pero el trabajador no quiere y prefiere que lo despidan. Pero la empresa le dice que no y entonces el trabajador firma la baja. ¿Por qué? Pues, por lo visto, porque si no se fuera entonces tendría que hacer eso que no quiere hacer. ¿Por qué? Pues, por lo visto, porque si no lo hiciera le podrían despedir. Trabajadores que quieren que los despidan porque si no hacen lo que les dicen entonces les depiden… o algo así, porque es hasta difícil de describir en una frase. En la mente del padefo Españistano no solo cuadra perfectamente este “razonamiento” sino que aún no habrá entendido dónde está el fallo en caso de que lea este artículo; cosa poco probable teniendo a mano el Insta, el Facebook, el WhatsApp…

A pesar de todo lo explicado, que ya es grandioso que haya que explicarlo, este rollete de que aquí no despedimos a nadie funciona divinamente. Es más, funciona mejor cuanto más ilegales son las condiciones laborales en la empresa. No es nada sorprendente cuando estamos hablando de los padefos espeñistanos. Cómo no va a funcionar el truco con trabajadores que ni siquiera saben que son obreros, porque se creen que cobran mucho. Cómo no va a funcionar el truco con el trabajador que ni siquiera sabe que es de clase trabajadora, sino que se cree que es rico o de clase media, aunque la realidad sea que necesite económicamente seguir haciendo siempre todo lo que le digan, cuando se lo digan, todo el tiempo que le digan y como se lo digan. Cómo no va a funcionar el truco con trabajadores que empiezan todas sus preguntas diciendo “¿me pueden…” Cómo no va a funcionar el truco con trabajadores que no solo no tienen ahorrados ni 1.000€, por mucho que ganen cada mes, sino que para irse de vacaciones piden un crédito o las financian con la agencia de viajes; plan sin fisuras porque después de vacaciones tendrán un gasto fijo más pero seguirán cobrando la misma cantidad con la que se supone que no pudieron ahorrar para irse de vacaciones. Cómo no va a funcionar el truco si el empresaurio sabe perfectamente no solo lo que le paga a ese trabajador, sino que también sabe dónde vive y más o menos los gastos que tiene, porque el mismo trabajador presume de ellos en la empresa, ya que los tiene precisamente para eso.

Obviamente, el truco no funciona con todos los trabajadores. ¿Que no me quieres despedir? Pues muchas gracias; pero eso no quiere decir que yo vaya a obedecer y mucho menos una ilegalidad y tú, mientras tanto, me sigues pagando el sueldo y ya si eso te lo piensas otra vez si quieres. Pero sí que funciona el truco con la cantidad más que suficiente de trabajadores para que funcione como un reloj en términos generales a nivel de empresa e incluso a niveles de sectores completos, por no decir a nivel de nación. Lo que haya que pagarle de despido al que no quiera firmar la baja, o al que ejerza su derecho a la extinción voluntaria indemnizada, lo cubren de sobra con los que sí que la firman o se quedan haciendo todo lo que les dice la empresa. Además, los que se queden no sabrán que al otro sí que le pagaron un despido, porque o la empresa no lo dirá o incluso mentirá diciendo que no le pagaron. Que sí, Toñi, que Manolo nunca le ha pagado un despido a nadie; tú hazme caso a mí que llevó 20 años en la empresa y sé de lo que hablo.

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