- Contratos celebrados con una Administración Pública.
- Contratos menores.
- Relación de los convenios suscritos con una Administración Pública.
- Subvenciones y ayudas públicas percibidas.
- Presupuestos.
- Cuentas anuales.
- Informes de auditoría de cuentas y de fiscalización por órganos de control externo.
- Retribuciones anuales de altos cargos y máximos responsables y las indemnizaciones que perciban con ocasión del abandono del cargo.
Por tanto, todos los ciudadanos tienen derecho a saber, por ejemplo, cuánto cobran los “altos cargos y máximos responsables” de las confederaciones de CC.OO. y UGT, pero también tienen derecho a saber cuánto cobran los dirigentes de UGT Almería, de CC.OO. Cataluña, de la federación de servicios de CC.OO., de la federación de industria de UGT… ¿Pero con qué detalle tienen que indicarse sus retribuciones y exactamente de qué dirigentes? Para saberlo tenemos la sentencia del Juzgado Central contencioso nº11 que, citando doctrina del TS, resolvió lo siguiente:
- Las entidades afectadas por la Ley de Transparencia tienen que dar los datos relativos a identificación de cargos y expresa identificación de las personas que los ocupan. No solo afecta a altos directivos, sino a personas que desempeñen puestos de responsabilidad en la organización, y también a cualquier persona que haya sido designada para ocupar su puesto de modo discrecional. Incluso personal encuadrable como auxiliares administrativos, cuando se trate de puestos que se proveen por nombramiento discrecional.
- Tienen que dar los datos individualizados de las retribuciones brutas anuales de cada una de dichas personas, distinguiendo las ordinarias y las extraordinarias por productividad, incentivos, dietas, gastos de representación u otras.
- Tienen que dar información sobre la titulación de estas personas y datos relevantes de su curriculum, especialmente cuando ocupan puestos de nombramiento discrecional, al objeto de que pueda valorarse su adecuación objetiva al puesto.
- La Ley de Protección de Datos ni impide proporcionar esa información ni requiere el consentimiento de los afectados para proporcionarla. Por lo que no vale la excusa favorita que suelen poner los que cobran para que no se sepa quiénes cobran ni cuánto cobran.
Los ciudadanos no solo tienen el derecho a saber lo que cobran estas personas, que es solo uno de los variados sitios por donde sale el dinero que entra, sino también el derecho a saber por dónde entra el dinero público que recibe cada entidad de CC.OO. y UGT y especialmente el derecho a conocer sus presupuestos, sus cuentas anuales y los informes de auditoría externa.
Además, la Ley de Transparencia obliga también a que esta información se publique en sus páginas webs de una manera clara, estructurada, entendible para los interesados, comprensible, de acceso fácil y gratuito. Es una obligación proactiva, es decir que tiene que estar disponible de forma abierta para cualquiera en sus páginas webs sin necesidad de que nadie lo solicite.
Tampoco hay que olvidar que en algunas Comunidades Autónomas existen otras leyes de transparencia que podrían establecer requisitos adicionales de información para las entidades que recibieran subvenciones de esa Comunidad.
Pues bien, ahora os podéis entretener buscando esta información obligatoria en las webs de las confederaciones, federaciones y uniones de CC.OO. y UGT, pero no la vais a encontrar o al menos no vais a encontrar la mayor parte de ella. Especialmente no vais a encontrar información de qué dirigentes ni “contratados” discrecionales de CC.OO. y UGT están cobrando y cuánto están cobrando, sea a nivel estatal, autonómico o local. Menos aún vais a encontrar esta información en las webs de las diversas fundaciones que han montado en CC.OO. y UGT. En conclusión, es un hecho comprobado, comprobable y absolutamente indiscutible que CC.OO. y UGT se saltan la ley descaradamente. Por algo será.
Pues todo lo mencionado amerita que se presente denuncia ante el Tribunal de Cuentas ¿correcto? Ahora bien, ¿quién lo va a hacer?
ResponderEliminarLos chiringuitos del Régimen para que nada cambie y como tal hay que darle carnaza a los apesebrados.
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