Hace poco que hablamos en Laboro del caso del puto genio que falsificó su parte de baja dos veces el mismo día y a consecuencia de ello -¡sorpresa!- fue despedido y condenado a prisión y multa. Pues hoy os traemos el curiosísimo caso del funcionario del Ayuntamiento que dio de alta en la SS a tres personas que no trabajaban en el Ayuntamiento, sin darse cuenta... o algo así, y también ha sido despedido y condenado a prisión.
Resulta que Lúcido era funcionario del Ayuntamiento de un pueblo de apenas 700 habitantes. En realidad en la sentencia le llaman Lucio, pero le vamos a llamar "Lúcido", por lo que sea. En el ejercicio de sus funciones, Lúcido tenía acceso al sistema RED. Aunque la mayoría de los trabajadores no lo sepáis, este es el sistema informático de la Seguridad Social que se utiliza en las empresas y en sus asesorías para efectuar "por internet" las altas, bajas y variaciones de datos de los trabajadores. Es decir que Lúcido podía dar de alta a quien quisiera.
Dicho y hecho. En menos de un mes dio de alta a la Mari, a la Piedi y a la Ramoni. Pero ya sabéis que la dictadura de Perro Sanche es vorazmente recaudatoria y lanza sobre los españoles todo el aparato del Estado cuando le falta un euro. La SS, como parte de este aparato dictatorial, es la que se encarga de recaudar los impuestos al trabajo que llaman "cotizaciones", que realmente sirven para pagar los sueldos de 2.500€ mensuales de los menas y la gasofa del Falcón del Perro. Así que la SS reclamó al Ayuntamiento las cotizaciones de la Mari, la Piedi y la Ramoni. Pero el Ayuntamiento contestó que la Mari, la Piedi y la Ramoni no eran empleadas del Ayuntamiento y por tanto no procedía que éste las tuviera de alta en la SS. Como en todas las dictaduras, le dieron la razón al Poder en vez de al pueblo, por la tontería de que ni la Mari, ni la Piedi, ni la Ramoni tenían copia del contrato ni habían trabajado nunca en el Ayuntamiento. Por lo que la SS, en una resolución dictatorial e injusta, dio de baja a la Mari, la Piedi y la Ramoni.

Pero la dictadura aún no estaba saciada y quería más sangre. Aún encima, el Ayuntamiento despidió a Lúcido y se querelló contra él. Hubo juicio y la dictadura le condenó a 2,5 años de prisión e inhabilitación, 3.000€ de multa y la cuarta parte de las costas, como autor responsable de un delito continuado de falsedad en documento oficial. La Mari, la Piedi y la Ramoni fueron absueltas, porque no se pudo probar que hubieran colaborado o instigado el delito. La defensa de Lúcido presentó el correspondiente recurso ante el TSJ autonómico, pero éste confirmó la sentencia porque la dictadura seguía su camino, implacable.
La defensa de Lúcido consideró necesario y conveniente presentar el siguiente recurso ante en Tribunal Supremo, porque Lúcido aducía que no había tenido intención defraudatoria al hacer esas altas en la SS, sino que sencillamente estaba haciendo prácticas con el Sistema Red, no fuera a ser que diera error y hubiera que reinstalar el Windows 98 o algo peor. ¿Qué mejor forma de probar el Sistema Red que dando de alta a la Mari, a la Piedi y a la Ramoni? Como habría hecho un buen ingeniero de sistemas informáticos, Lúcido no hizo todas las pruebas el mismo día, sino en días diferentes para generar entornos de explotación variados, o algo asi. Por eso a la la Mari la dio de alta el 11 de julio lunes, a la Ramoni el 15 de julio viernes, luego se debió ir de vacaciones 3 semanitas, tras las que dio de alta a la Mari el 8 de agosto lunes.
Al mismo tiempo, la defensa de Lúcido alegaba que las altas de la Mari, la Piedi y la Ramoni las pudieron haber hecho otras personas, como la alcaldesa o la secretaria del Ayuntamiento, porque el ordenador no tenía clave.
En resumen, la defensa de Lúcido era inmejorable: ha sido Lúcido haciendo prácticas y a lo mejor ha sido la alcaldesa. Sin embargo, la dictadura del TS ha rechazado que otro personal de Ayuntamiento hubiera dado de alta a la Mari, la Piedi y la Ramoni. ¿Sabéis por qué? Pues porque la defensa de Lúcido ya había dicho que esas altas las había realizado el propio Lúcido haciendo prácticas. El TS también ha considerado que, casualmente, la Mari, la Piedi y la Ramoni eran su pareja actual, su pareja anterior y la hermana de esta. Además de que Lúcido había estado usando el Sistema Red al menos durante 8 años antes del momento en que dijo necesitar hacer prácticas con el mismo. Sin olvidar que se habían generado nóminas de la Mari, la Piedi y la Ramoni, pero no las habían cobrado porque Lúcido solo podía elaborarlas, pero no pagarlas. No te fastidia la dictadura; si te pones en plan borde a buscarle los tres pies al gato, seguro que se los encuentras. Como remate, el TS también se ha negado a reducirle la pena a Lúcido por drogadicción, considerando que la afectación leve de su capacidad de determinación, debido a esta dependencia, carecía de la magnitud necesaria. Así que la dictadura, por medio del TS ha confirmado plenamente las condenas de Lúcido y además le ha metido las costas del recurso. ¡Quién hubiera podido imaginárselo!
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