Ni los jueces ni la Inspección son el hada madrina.

Basta con leer muchos de los variados "comentarios", que en realidad son preguntas, que publican en Laboro alguno de sus lectores, probablemente los ocasionales pero no los seguidores habituales. El típico podría ser algo así como "en mi empresa nos obligan a trabajar 45h semanales, ¿qué puedo hacer?" Que sería lo mismo que si preguntaran "¿a quién se lo tengo que decir para que venga a arreglarme mis problemas?" Este tema ya se trató recientemente en un reciente artículo publicado en Laboro con un título muy claro: "Los juzgados y la Inspección no están para solucionar los problemas del trabajador". Pero parece que algunos aún no lo entienden completamente. Algunos directamente esperan que venga Superman (Inspección) sin avisarle, porque con su vista de rayos X verá al jefe decirle que haga 5h extras todas las semanas y entonces irá a pegarle. En cambio otros parece que han entendido que basta con contarle su problema a la persona adecuada (inspector, sindicalista, juez...), en el plazo adecuado, de la forma adecuada (diferentes tipos de demanda o bien denuncia) y que consiguiendo la victoria (sentencia y/o sanción) todos sus problemas estarían solucionados. Es decir que parecen creer que el inspector o juez transformaran su mal empleo en un buen empleo. Pero en muchos casos la cruda realidad sería que sus problemas no se solucionarían tampoco así.

Sigamos con el ejemplo anterior: empresa en la que toda la plantilla o al menos la mayor parte hacen varias horas extras ilegales todas o casi todas las semanas. Por ejemplo 5h gratis y sin cotizar todas las semanas. Que a lo mejor no parecen muchas pero si las traduces a términos anuales económicos querría decir nada menos que el trabajador estaría regalando o dejando de cobrar un 12,5% de su jornada como poco, que más o menos serían unas 28 jornadas laborales al año. Un regalito de nada. Los caminos habituales en los que se desenvolvería una relación laboral en dicha empresa podrían ser los siguientes:

  1. El trabajador no dice nada, sigue haciendo las horas extras y cuando le llega el día es despedido o se marcha, momento en el que tampoco dice nada. Por supuesto es la opción más popular de padefo. Con diferentes variantes, que van desde ni siquiera decirle a sus amigos que hace horas extras, para no ser un pringao, hasta la opción de echarle la culpa a la reforma laboral, pasando por echarle la culpa a los sindicatos y a los políticos.
  2. El trabajador no dice nada y sigue haciendo las horas extras, pero cuando se marcha o le echan presenta demanda de reclamación de cantidad para cobrar las horas extras y/o lo que le deban por cualquier concepto. Como es obvio el empresaurio que se equivoca al contar las horas también suele equivocarse al contar los euros, porque tiene mucho lío, y a lo mejor le ha estado pagando por debajo del convenio incluso su jornada ordinaria. Pero actuando de esta forma el trabajador solo podría cobrar las deudas del último año, cosa que muchos no sabrían pero sí que sabrían el nombre del portero del Betis.
  3. El trabajador presenta demanda mientras sigue trabajando allí haciendo horas extras y la gana o la pierde.

Pues bien, el que crea que ejerciendo la 3ª opción verá solucionados sus problemas laborales seguramente se equivoque, porque la sentencia o denuncia ganada no convertirán al sapo en príncipe sex symbol. Los jueces e inspectores no son hadas élficas del bosque y sobre todo las sentencias y resoluciones no son varitas mágicas. Lo que quiere decir que sencillamente el jefe le seguirá diciendo al trabajador "victorioso" que siga haciendo las horas extras y por supuesto en la empresa todos los demás las seguirán haciendo.

Por tanto lo principal y casi único que el trabajador tenía y tendrá que plantearse desde el principio es si seguirá haciendo o no las horas extras ilegales, porque el empresaurio le va a seguir diciendo que las tiene que hacer por muchas sentencias que haya que digan lo contrario. Como os podéis imaginar, existen los casos de los trabajadores que tienen una sentencia que dice A pero incluso después de ganarla la empresa sigue diciendo B y el trabajador sigue en B y además preguntando qué puede hacer. No es que no se atreva a hacer lo que podría hacer sino que es que ni lo sabe, porque en la mentalidad del padefo no entra que él pueda decirle que no al empresaurio sino que en el mejor de los casos entra que él se pueda chivar a alguien para que ese alguien sea quien le diga que no al empresaurio. ¿Y cuántas veces necesitarían que alguien les dijera que no? ¿Cuántas veces necesitarían que un juez les dijera que en agosto es verano?

Es decir que realmente no es un problema jurídico e incluso podría decirse que sería ni siquiera un problema laboral sino que sería un problema psicológico. Pero aún así muchos seguirán sin entenderlo, por lo que vamos a ver si se capta mejor con un ejemplo que no será tan absurdo como pudiera parecer a primera vista:

Supongamos que tu jefe te dijera que en agosto no es verano y que por tanto en agosto tienes que ir a trabajar con camiseta térmica, camisa de felpa y jersey de lana y salir a la calle convenientemente abrigado con una chaqueta de plumas de pingüino hermafrodita o algo así. Porque a él le apetece, o sea que porque él dice que en su empresa no es verano en agosto y que todos los demás van a trabajar de esa forma. Entonces un trabajador le demanda y obtiene una valiosísima e innovadora sentencia del juzgado de lo social que dice que en agosto sí que es verano y que aunque no lo fuera podría ir a trabajar vestido como estimara conveniente. Entonces el trabajador le enseña la sentencia a su jefe y le dice muy ufano que ves como yo tenía razón y que en agosto es verano. Pero el jefe le sigue diciendo que en agosto no es verano y que tiene que seguir yendo a trabajar vestido de invierno igual que los demás. Entonces el trabajador se asoma a la ventana a encender la linterna para llamar a Batman, es decir a esperar a que venga el juez, el inspector Colombo, el ministro, el rey o quien sea para pegarle a su jefe o para repetirle que en agosto sí que es verano. Pero no viene nadie y entonces el trabajador vuelve a preguntar en el foro de la playstation que ahora qué puede hacer.

La analogía con las horas extras sería evidente. Por defecto las horas extras son voluntarias y en caso de hacerlas hay que compensarlas con el mismo nº de horas libres. En agosto es verano y te vistes como quieras. ¿Que el jefe le dice a un trabajador que en su empresa no son voluntarias y no se compensan? Pues es lo mismo que si le dice que en agosto no es verano y que se tiene que vestir como él diga. Es decir que el trabajador verá lo que hace. Él verá si se pone el plumas Quechua en agosto. Seria problema del trabajador y no problema de la empresa ni menos aún problema de la Inspección o de Spiderman. El juez o el inspector podrían decirle a la empresa que en agosto sí que es verano e incluso sancionarla o imponerla los pagos correspondientes según el caso, pero lo que no harían ni podrían hacer sería quitarle el Quechua al trabajador ni menos aún impedir que se lo siguiera poniendo. Quien sepa entender que entienda.

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