Desmontando el paro juvenil y el de los mayores de 55 años.

Todo el mundo conoce los que dicen que son dos de los principales problemas del trabajo por cuenta ajena en España. Por un lado el alto índice de paro juvenil (menores de 25 años). Por otro lado, que los “viejos” (mayores de 55 años) que pierden su empleo tienen extraordinariamente difícil volver a encontrar trabajo y pueden quedar condenados al paro eterno.

Por un lado, nos vienen a decir que a los jóvenes no los quieren contratar porque son jóvenes y no tienen la suficiente experiencia. Pero por otro lado nos vienen a decir que a los viejos que tienen experiencia no los quieren contratar porque no son jóvenes. No hace falta ser un genio para darse cuenta de la evidente contradicción entre ambos análisis.

De vez en cuando se trata un problema u otro en los informativos y “debates” de las distintas televisiones y radios, pero es muy curioso que casi nunca se traten juntos y sobre todo que nunca se exponga esta contradicción. Quizá sea porque la contradicción pone de manifiesto que el paro juvenil y el paro “veterano” no son dos problemas del trabajo en España sino que en realidad son dos síntomas del único y verdadero problema que son las ilegalidades generalizadas en el mundo del trabajo en España. Pero claro, en una tele no te vas a poner a decir que el problema lo están creando las empresas anunciantes o la propia empresa o grupo propietario de esa tele.

En cuanto a los jóvenes, los buenos empleos no se los ofrecen por la evidente razón de que ya están ocupados y cuando dejan de estarlo normalmente se amortizan o se ocupan al día siguiente por promoción de otro empleado de la empresa o por recomendación o relaciones de otros empleados o directivos de la empresa. Generalmente, a ninguna empresa le hace falta tirar de curriculums para ocupar un buen empleo, ya que precisamente esa es una de las características y consecuencias de que un empleo sea bueno en España.

Por lo que para los jóvenes quedan los empleos de mierda, que no tendrían ni que llamarse empleos para que nadie presuma de generar empleo cuando genere mierda. ¿Quién pone copas en un bar sin alta en la SS? Un joven. ¿Quién da clases en una “academia” sin alta en la SS o con alta de solo una hora al día? Un joven. ¿Quién trabaja en un restaurante de comida rápida cobrando el salario mínimo o poco más? Un joven. ¿Quién es empresario porque tiene una bicicleta y un teléfono móvil y se llama “rider”? Un joven. ¿Quién anda por la calle con la carpeta de una supuesta ONG buscando socios que paguen para que cobren sus sueldos y sus facturas los directivos de esa supuesta ONG? Un joven. ¿Quién es un supuesto becario o trabajador en formación cobrando una mierda o un supuesto estudiante en prácticas pero en realidad es un trabajador normal y corriente? Un joven. Como eso es lo que tienen por delante, muchos jóvenes sencillamente no lo aceptan porque pueden seguir estudiando o preparar oposiciones viviendo con sus padres -muy bien que hacen- y entonces figuran como parados. Cómo no va a ser alto el índice de paro juvenil en España si a eso además le sumamos los jóvenes que figuran como parados porque están trabajando sin alta en la SS o porque supuestamente son becarios o estudiantes en prácticas.

En cuanto a los “viejos”, es cierto que en general las empresas no los quieren. Pero la verdadera razón de que no los quieran no es que se hayan quedado desfasados, que se busque sangre joven, con empuje y demás cuentos para idiotas. La verdadera razón de que no quieran a los viejos es precisamente porque saben; pero no que saben trabajar sino que saben lo que es un contrato, saben lo que es un convenio, saben que es mentira eso de que ahí tienes la puertasi no te gusta el trabajo en la empresa sino que la verdad es que ahí tienes mi cuenta bancaria para pagarme el despido si no te gusta como trabajo, etc. etc. Pero especialmente lo que saben los viejos es que suelen ser mentira todos esos rollos que cuentan las empresas en las entrevistas de trabajo: que si salario según valía, que si posibilidades de promoción, que si valiosa experiencia, que si posibilidades de conciliación familiar, que se pagan las horas extras… El viejo sabe que si todo eso fuera cierto no tendrían que estar haciendo entrevistas de trabajo por lotes sino que ya tendrían el puesto cubierto y nadie lo dejaría.

En pocas palabras, los viejos ya saben lo que en realidad significa trabajar por cuenta ajena en España, pero muchos jóvenes no. Por eso a los viejos no quieren ni entrevistarlos, porque a ver con qué cara le cuentas tú a un viejo la milonga de lo bueno que es trabajar en tu empresa cuando has tenido que poner un anuncio de empleo en el periódico o incluso recurrir al SEPE o poner un cartel en la puerta para cubrir ese puesto. Las empresas no quieren trabajadores que conozcan sus derechos y conozcan la realidad sino que quieren pardillos que se crean que trabajando mucho van a cobrar las horas extras y a heredar la empresa. De hecho, esa es también la razón por la que los jóvenes ocultan su titulación universitaria en su curriculum cuando necesitan un empleo de mierda en el que no es necesaria. Sumemos también que el viejo es más probable que se ponga de baja médica larga o incluso que no trague con lo que tragaría un joven por la sencilla razón de que le queda poco para jubilarse y en el peor de los casos quizá se puede pagar un convenio con la SS para cotizar lo que le falte o podría jubilarse anticipadamente. Estas son las verdaderas razones de que los viejos tengan difícil encontrar trabajo. Ni desfase ni falta de formación ni leches.

Por todo ello, lo de los jóvenes y lo de los viejos son solo síntomas del verdadero problema, que como todos sabéis es sencillamente que en España cualquier empresa que quiera se puede saltar todas las normas laborales que le apetezca no solo sin coste sino con beneficio. Y no es un fallo del sistema sino que está montando así a propósito. A la empresa en España probablemente nunca le tocarán inspecciones ni demandas y aunque le toquen, lo que paguen con ellas lo compensarán con creces con lo que se ahorren de salarios y cotizaciones mediante las horas extras ilegales, los salarios por debajo de convenio o de categoría profesional, los trabajos de jornada completa con alta parcial en la SS, los falsos autónomos, los falsos estudiantes y becarios y todo lo que ya sabéis de sobra. Son muchísimos, por no decir casi todos, los trabajadores en España que te cuentan que nunca han trabajado en una empresa que respete completamente la legislación laboral.

Eso no ocurre en los países civilizados laboralmente, en los cuales no existe la ilegalidad generalizada en el trabajo. En esos países hay menos paro juvenil porque son muchos menos los empleos sin alta en la SS y los jóvenes que no trabajan porque solo les ofrecen mierda ilegal. Es decir porque los empleos buenos no son raros sino que incluso son lo normal, entendiendo por buen empleo no aquel en el que se cobre mucho sino sencillamente aquel en el que en general se cumplan las normas. Por eso también hay menos paro veterano, porque si una empresa no está buscando a un pardillo para explotarle todo lo que pueda con ilegalidades sino al mejor trabajador para un puesto en el que se van a cumplir las normas, esa empresa no tiene necesidad de rechazar a los “viejos” solo porque lo sean.

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