CC.OO. y UGT aún firman convenios con términos franquistas.

Son numerosos los convenios colectivos, firmados por CC.OO. y/o UGT, en los que a los obreros o trabajadores se les llama “productores” y en los que se escribe “Empresa” con mayúscula. Este hecho no es solo una curiosidad histórica, sino que es una muestra perfecta de la calidad y utilidad del trabajo de algunos “sindicalistos” que cobran de CC.OO. y UGT sin que lo sepan sus afiliados. Vamos a explicar por qué.

En el franquismo no gustaban mucho los sustantivos "trabajador" y menos aún "obrero", porque sonaban a cosas que entonces se decía que romperían España y que había que actuar para defenderla. ¿Te suena? Por eso, en el franquismo era habitual que se llamara “productores” a los trabajadores. Incluso se llamaba “fuerzas productoras” o “elementos productores” tanto a los trabajadores como a los empresarios. De esa forma dejaba de haber dos partes en la relación laboral. Si no hay dos partes, tampoco hay una parte débil y desaparece el objetivo principal del derecho del trabajo, que es proteger a la parte débil frente a la fuerte.

Actualmente el truco es el mismo, pero con otros términos. Ahora a los obreros no les llaman productores, sino que les llaman "clase media", con el mismo objetivo. Así consiguen que algunos trabajadores llamen "paguitas" a las ayudas que cobran otros, aunque sean las mismas que cobrarían ellos en la misma situación. Manipular políticamente a los ignorantes es un truco más viejo que el almanaque del taller de Paco.

En el franquismo existían las ordenanzas laborales, que digamos que eran el equivalente a los convenios colectivos actuales. Existía la ordenanza laboral del campo, la del comercio, la de establecimientos sanitarios, la de empleados de fincas urbanas, la de estaciones de servicio, la de hostelería, la de minas de carbón, la de oficinas y despachos, la de pompas fúnebres, la de publicidad, la de prensa, la de seguros, la del transporte por carretera, la de banca, la de construcción, la de la madera, la textil y muchas otras más.

En estas ordenanzas laborales del franquismo es o era fácil encontrar el sustantivo “productor” en vez de trabajador y “Empresa” en vez de “empresa”. Por ejemplo, en la ordenanza de prensa tenemos la siguiente perla: “Las tarifas del trabajo con incentivo se establecerán de suerte que el productor laborioso y de los de más capacidad de trabajo obtenga, con un rendimiento correcto, al menos, un salario superior en un 25 por 100 al salario base fijado para su categoría.” En la ordenanza de la industria de la alimentación tenemos un ejemplo aún mejor: “el productor recibirá durante el período de prueba la remuneración correspondiente a la categoría con que se efectuó su ingreso en la Empresa.”

Como os estaréis imaginando, muchos de los convenios colectivos actuales proceden de las antiguas ordenanzas laborales del franquismo e incluso aún conservan el mismo nombre. Casi todos los primeros convenios de cada sector o empresa se hicieron sencillamente modificando o parcheando la última ordenanza laboral del mismo sector o empresa. Los convenios siguientes se hicieron y aún se hacen modificando el mismo convenio anterior. Como hacer copia-pega es menos trabajo, pero se cobra lo mismo, hay muchos convenios actuales en los que aún se llama productores a los trabajadores y/o ponen “Empresa” con mayúscula. Sabiendo buscar con Google, es bastante fácil encontrarlos. Por supuesto, casi todos estos convenios están firmados por CC.OO. y UGT en mayoría, porque CC.OO. y UGT son esos “sindicatos” que deciden lo que las empresas tienen que pagar a casi 14 millones de trabajadores por cuenta ajena pero teniendo solo 2 millones de afiliados entre los dos… si es que nos creyéramos que los tuvieran, que esa es otra.

¿Qué se podría decir de un “sindicalisto” que se estuviera levantando 30.000€ o 40.000€ anuales de CC.OO. o UGT, sin que lo supieran los afiliados, y al mismo tiempo estuviera firmando convenios de “productores” y “Empresas”? Ojo, que no se trata de que estos sindicalistos sean más de derechas que el cambio de marchas, aunque los haya a patadas en CC.OO. y UGT. Se trata de que sencillamente o bien son unos ignorantes que no tienen ni idea de todo esto, o bien son unos vividores a los que esto no les importa nada. Ellos lo que quieren es seguir cobrando del “sindicato” y para eso solo necesitan hacer afiliación y elecciones sindicales para que entre dinero del que puedan cobrar, mientras esperan ser designados por el poder superior para presentarse a su siguiente congreso como candidatos únicos y así ganarlo “a la búlgara”. ¿Lo que ponga el convenio? Eso les da lo mismo, porque seguir cobrando no depende de eso. En los convenios provinciales es aún más fácil no solo ver “productor” o “Empresa”, sino también ver faltas de ortografía y frases horriblemente redactadas y que demuestran que no saben ni lo más básico del derecho laboral de Espinete y Don Pimpón, personajes propios de la época de algunos que ya llevan 30 o 40 años chupando del bote.

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