La legislación laboral es inútil para la mayoría de trabajadores.

En los medios de comunicación es habitual ver las típicas entrevistas a trabajadores en la calle, quejándose de que “no me hacen fijo”, “no me hacen contrato”, “me pagan poco”, “no me dejan conciliar”, "trabajo 12 horas"… Vienen a decir que el gobierno de turno no se preocupa por ellos y que tendrían que hacer una ley para esto o para lo otro… Pero cabe preguntarse para qué sirve la legislación laboral actual a la mayor parte de los trabajadores en general. Pregunta retórica, porque en Laboro sabemos de sobra la contestación: en general, no les sirve absolutamente para nada, porque la mayor parte de trabajadores deciden activamente que nunca van a demandar ni a denunciar a ninguna empresa en la que trabajen. O posturean diciendo que sí, pero en la práctica siempre es que no… esta vez porque no sé qué y la otra vez fue porque no sé cuántos…

Estos trabajadores, ¿para qué quieren que se refuercen los medios de la Inspección de Trabajo? Pero si ellos no saben ni quieren saber ni dónde está. Pero si ellos se tiran por la ventana cuando llega la Inspección por actuación de oficio o por la denuncia de otro trabajador, pero desde luego no por ellos.

Estos trabajadores, ¿para qué quieren que hagan reformas laborales favorables a los trabajadores? Si el Estatuto actual llega hasta el 60, ¿para qué quieren que llegue hasta el 70 si ellos no demandan ni cuando la empresa solo les da 20? Estos trabajadores, ¿por qué dicen que la última reforma laboral no ha sido suficiente, aunque sí positiva? Pero si a ellos les da exactamente lo mismo, porque siempre van a hacer todo lo que quiera la empresa, cuando lo diga la empresa, donde lo diga a empresa y durante todo el tiempo que diga la empresa. A estos, lo que diga la legislación laboral española les afecta lo mismo que lo que diga la legislación laboral canadiense.

Estos trabajadores, ¿para qué quieren “contrato fijo”? ¿Por qué se quejan de los contratos fijos-discontinuos si ni siquiera saben explicar lo que son? El contrato fijo, sea ordinario o discontinuo, solo sirve para poder cobrar la indemnización de despido improcedente si demandan cuando les echen sin razón. Pero como no demandan, lo mismo les da un contrato indefinido ordinario, uno fijo-discontinuo, uno temporal correcto, uno temporal en fraude o un billete del Monopoly. Todos estos contratos incorrectos se transforman en indefinidos solo con decirlo, mediante denuncia o demanda. Pero no lo dicen, por lo que las "asesorías Pepe" y los empresaurios ya ni se molestan en que los trabajadores firmen los contratos. Al no firmar el contrato es indefinido automáticamente, pero eso no es ningún problema para la empresa porque la mayoría de trabajadores no van a denunciarlo ni a demandarlo. Bastante suerte tienen con que les paguen y con que les dejen ir a dormir a casa más o menos todos los días.

Estos trabajadores, ¿para qué quieren que aumenten la indemnización de despido improcedente? Pero si en la inmensa mayoría de los casos no hace falta ni que los despidan, sino que para echarlos gratis basta con que los puteen un poco y en enseguida “piden la cuenta” y se van sin indemnización, como si eso fuera una especie de heroicidad. También es muy fácil hacer que se vayan no solo gratis sino incluso pagando su propio despido. Es tan sencillo como ofrecerles “los papeles del paro” a cambio de firmar que cobraron indemnización de despido, pero sin cobrarla en realidad, con lo que ese dinero A del trabajador se lo queda el empresario en dinero B, no su empresa.

¿Para qué quieren que aumenten las indemnizaciones de despido los trabajadores que ni van a comprobar que lo que les paguen de indemnización sea correcto? O los que no saben ni siquiera si lo que les paga la empresa de salario es correcto o no; teniendo en cuenta que si el salario es incorrecto, entonces la indemnización también lo será. ¿Para qué quieren que aumenten las indemnizaciones de despido los trabajadores que, aunque demandaran, luego aceptarían cualquier indemnización rebajada en el acto de conciliación si se lo aconsejara un abogado "laboralisto” por su propio interés?

Dirán que no demandan o denuncian por miedo. Pero sus propios actos les contradicen, porque estos trabajadores se comportan exactamente de la misma forma desde el primer día de su vida laboral hasta el último. Tampoco demandan cuando aún viven con sus padres y están en su primer empleo, que ni les gusta, ni lo necesitan y que obviamente no será el empleo de su vida. Tampoco demandan cuando ya solo les faltan 2, 3 o 4 años para jubilarse; teniendo en cuenta que si los echaran, probablemente tendrían 2 años de paro durante los que mantendrían su cotización, además de una indemnización de despido con la que probablemente podrían pagarse un convenio con la SS para autocotizarse el tiempo que les faltara desde el fin del paro hasta la jubilación. Además de que es muy curioso ese miedo tan selectivo que les impide demandar incluso después de que les hayan echado, pero no les impide firmar hipotecas a 30 años y contratar tarjetas revolving.

Tampoco es por falta de dinero, porque para demandar a la empresa por asuntos laborales no es obligatorio contratar abogado. No solo no es obligatorio sino que a veces no hace ni falta. Si a ti te pagan 20.000€ pero el convenio pone que te tienen que pagar 30.000€, la demanda de reclamación de cantidad dice sencillamente eso: que te tienen que pagar X, pero te pagan Y, por lo que reclamas X-Y y los intereses. ¿Qué dificultad tiene redactar eso y con un modelo delante? Por algo el legislador consideró legal y posible que los trabajadores se defiendan a sí mismos en este tipo de pleitos. Sobre todo si la alternativa no fuera contratar a un buen abogado, sino a un "laboralisto" que pretendiera cobrarle 1.500€ al trabajador por esa demanda y teniendo pensado desde el principio recomendarle que aceptara cualquier oferta que hiciera la empresa, por muy baja que fuera.

Sin embargo, en las mentes de estos trabajadores todo cuadra, en el sentido de que ellos no tienen la culpa de nada. Es hasta curioso verlos hablar, eludiendo cualquier tipo de responsabilidad y actividad respecto a su presente y su futuro. Para ellos, alguien se lo tiene que arreglar. Pero además se lo tiene que arreglar de una forma milagrosa. En primer lugar se lo tienen que arreglar los partidos a los que muchos no solo no votan, sino que votan a los partidos de enfrente que aprobaron las reformas que a ellos les perjudican. En segundo lugar se lo tiene que arreglar la Inspección de Trabajo; pero sin denunciar, mintiendo a favor de la empresa cuando les tomen declaración e incluso tirándose por la ventana. En tercer lugar se lo tienen que arreglar los sindicatos; pero para ellos los sindicatos son una especie de entes caídos del cielo, no una cosa en la que ellos tengan que participar. Para ellos, “alguien” tiene que organizar y mantener sindicatos buenos y auténticos para que luego vayan a arreglarle los problemas a ellos; pero mientras tanto, ellos no solo no se afilian ni menos aún colaboran con los sindicatos buenos sino que aún encima se afilian, votan y dejan hacer a los “sindicatos” que todos sabemos y no para ejercer ninguna acción colectiva, sino para ver si a ellos les cae algo particularmente.

No está todo perdido. De hecho, para el que quiera no hay nada perdido. Que haya muchos trabajadores que no usen sus derechos no impide que unos pocos sí que los usen y que cualquiera pueda estar en los pocos en vez de en los muchos. Todo es relativo. Tú solo puedes usar y aprovecharte de tus derechos en la medida en la que hay otros miles de trabajadores como tú que no lo hacen ni pudiendo. Para que uno cobre 40.000€, es necesario que haya un montón de gente contenta de cobrar 15.000€. Para que uno cobre una buena indemnización de despido, es necesario que haya otro montón que no la reclame cuando no se la paguen o cuando sea inferior a la correcta. Si todos la reclamaran y la cobraran, la bajarían. Si todos fueran indefinidos, entonces nadie sería indefinido, igual que si todos fueran ricos nadie sería rico. En resumen, ellos son felices con su comportamiento, déjalos y tú verás lo que haces.

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