Los que cobran de los “sindicatos” sin que lo sepan los trabajadores.

Muchos trabajadores acuden a las oficinas de “sindicatos”, como CC.OO. y UGT, y les da la impresión de que allí hay muchos despachos, muchas mesas y mucho personal, por lo que legítimamente se preguntan de dónde salen, quién les paga, cómo los seleccionan… Hoy os vamos a explicar en Laboro cómo funciona ese tema en los “sindicatos”, que intentan ocultar por ser uno de los puntos más débiles de su imagen ante los trabajadores.

Los laborales.

Cobran del “sindicato” porque tienen una relación laboral con el mismo. Son los de mantenimiento, administración, informática… y especialmente los abogados y graduados sociales del departamento jurídico. Nada tienen que ver con la acción sindical. Son los que a veces demandan a los “sindicatos” y obtienen las numerosas sentencias que demuestran que estos se comportan como cualquier empresa; con sus falsos autónomos, sus ERE, sus ERTE, sus despidos improcedentes… en general usando a su favor cualquier elemento de la legislación laboral de los que dicen combatir.

Los liberados.

No cobran del “sindicato” sino de la empresa en la que trabajan. Son representantes de los trabajadores (por elecciones sindicales o por sección sindical) de su empresa que consiguen acumular horas sindicales para dedicar un mayor porcentaje de su tiempo de trabajo a sus funciones de representación, llegando al 100% en muchos casos. Hay dos tipos de liberados:

  • Los liberados auténticos. Se dedican realmente a lo único que la ley les ordena y permite dedicarse, que es a la representación e información de los trabajadores de su empresa. No de otras empresas ni menos aún a labores “de estructura” sindical, porque eso no lo permite el art.68 ET y sería cesión ilegal de trabajadores al “sindicato”. Algunos prestan un gran servicio a los trabajadores de su empresa porque conocen las nóminas, los tipos de contrato, su convenio, el Estatuto de los Trabajadores… y no tienen reparo alguno en que los trabajadores demanden a la empresa.
  • Los falsos liberados. En la práctica solo prestan servicios para el “sindicato” y realmente no representan a los trabajadores de su empresa, que a veces ni los conocen y ni saben cuántos liberados tiene su empresa. Son una financiación indirecta y multimillonaria de las grandes empresas a los “sindicatos”, porque trabajan para ellos pero sus sueldos y cotizaciones los pagan las empresas.

La verdadera defensa de los trabajadores la hacen estos representantes cuando son auténticos, no los “sindicatos” y menos aún los “sindicalistos”. No hay que confundir la acción sindical con la acción de los representantes auténticos; porque son estos quienes la efectúan y se juegan sus posibilidades de ascenso e incluso su puesto, no los “sindicalistos”. Hasta puede suceder que la acción de los delegados contra su empresa se vea entorpecida por sus “sindicatos”, porque estos no quieran asumir los gastos de múltiples demandas individuales y/o porque no quieran presentar demandas colectivas contra la empresa.

Los contratados.

Cobran del “sindicato”. Entre ellos están los que en Laboro llamamos “sindicalistos”, que cobran durante años o décadas sin que los afiliados lo sepan; o al menos sin que sepan cuánto cobran, durante cuántos años y sobre todo sin que sepan por qué les contratan. La realidad es que les contratan fundamentalmente para hacerle el trabajo a quien les contrató y posteriormente les mantienen siempre que en los congresos sigan votando a quienes les digan, para que quien les contrató siga cobrando aún más que ellos. El sueño de muchos falsos liberados es llegar a ser contratados, porque a partir de ahí se puede ascender en la escala de los contratados:

  • Los pringaos, contratados por el “sindicato” cuando no tienen suficientes falsos liberados. Los contratan con la misión de hacer afiliación y elecciones sindicales, para que entre dinero al “sindicato” y sigan cobrando los pringaos y sobre todo los que contratan a los pringaos. Actúan como los comerciales de cualquier empresa.
  • Los encargaos. No hacen elecciones ni afiliación ni atienden a los afiliados. El ascenso a encargao es el sueño de todo pringao. Son los jefes de los comerciales. Les controlan cómo van las elecciones y la afiliación, a fin de mantener los ingresos y poder seguir cobrando. Los encargaos pueden conseguir y mantener sus puestos en congresos sindicales “a la búlgara”, con una única candidatura decidida previamente por ellos mismos o por sus jefes; pero otras veces son contratados directamente porque sí, sin pasar por ningún congreso. Hay contratados que nunca han trabajado en ninguna empresa de su sector o llevan 20 o 30 años sin hacerlo. En los “sindicatos” hay montones de CIF diferentes donde contratar: federaciones, delegaciones locales, uniones provinciales, uniones comarcales, uniones autonómicas, confederaciones, fundaciones, centros de formación…

En esta clasificación quizá podría haber zonas grises. ¿Se puede ser liberado y al mismo tiempo cobrar del “sindicato”? ¿Se puede ser liberado por dos empresas a la vez y cobrar dos sueldos? ¿Se puede ser falso liberado de una empresa, luego contratado, luego volver a ser falso liberado de otra empresa y así sucesivamente durante años? ¿Se puede ser contratado por una empresa y liberado inmediatamente sin llegar a trabajar nunca realmente en la empresa?

Para finalizar, añadir que en los “sindicatos” sí que hay muchos buenos sindicalistas, pero lo complicado puede ser encontrarlos y que les dejen seguir siéndolo. Los liberados y los pringaos pueden ser muy buenos sindicalistas a nivel personal, pero a nivel sindical lo que les exigen sus encargaos es que generen dinero para seguir cobrando. No les van a echar por darle mala información o servicio a los trabajadores; pero cuando falta dinero porque bajan los ingresos echan al pringao, no al encargao.

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