El fraude del jefe jubilado que sigue trabajando.

¿Pero cuántos años tiene este hombre y sigue trabajando? Eso se preguntan muchas veces los empleados de una empresa, o los clientes, o los simples vecinos. El típico caso del empresario, del jefe, de su padre, de su madre, del “autónomo” sin empleados o de cualquier otra persona de la que quepa sospechar que haya sobrepasado la edad ordinaria de jubilación pero siga trabajando.

Por supuesto que es legal seguir trabajando después de la edad de jubilación, porque ni siquiera es obligatorio jubilarse. Pero en muchos casos es un fraude a la Seguridad Social muy extendido el seguir trabajando al mismo tiempo que se cobra una pensión ordinaria de jubilación. Aunque sea un poquito. Aunque sea haciendo cosas sencillitas y sin importancia. Aunque sea en casa. Aunque no sea todos los días. Los casos típicos, entre los que estarían los fraudes, serían los siguientes:

  • El abuelo/a sigue trabajando porque no se ha jubilado. Porque le falta tiempo cotizado para tener derecho a pensión o porque quiere jubilarse más tarde y así aumentar su importe. Es perfectamente legal.

  • El abuelo sigue trabajando porque se ha jubilado mediante las modalidades especiales de jubilación activa, jubilación flexible o jubilación parcial. No solo es legal sino que digamos que es lo que “promocionan” el Estado y la SS desde hace tiempo. Pero estas modalidades tienen requisitos que no son sencillos de reunir y además en casi todos los casos se cobraría mucha menos pensión que con una jubilación ordinaria.

  • El abuelo está jubilado y sigue haciendo solo las funciones inherentes a la titularidad del negocio. Esto también es legal cuando el abuelo le ha dado poderes a otra persona para gestionar su empresa. El abuelo tiene que limitarse a dictar instrucciones a los apoderados y a controlarlos, pero él mismo no puede trabajar. Como es obvio, esta forma de actuar tiene el inconveniente de que el apoderado tiene que cobrar y de que el abuelo no puede generar ingresos a la empresa.

  • El abuelo está jubilado en la modalidad ordinaria pero sigue trabajando de extranjis. No figura en la plantilla de la empresa, ni en los horarios, ni tiene contrato de ningún tipo, sino que es trabajo en negro puro y duro. Lo mismo que un inmigrante sin papeles en el campo o un camarero de “extra” de fines de semana mientras que cobra el paro. Un fraude a la SS como la copa de una encina. Al igual que los inmigrantes sin papeles y que los camareros “extras”, el abuelo se lleva su dinerito en negro, porque el negocio está a nombre de sus hijos y/o de su cónyuge, que no están jubilados y que puede que incluso trabajen realmente en la misma empresa. Es decir que el abuelo trabaja y gana dinero, pero lo hace al mismo tiempo que cobra una pensión ordinaria de jubilación que se paga en compensación por no trabajar a partir de cierta edad.

Hay otras muchas situaciones posibles, pero estas son las más típicas en las pequeñas empresas. Incluso podríamos arriesgarnos a decir que en Españistán las más típicas son la primera y sobre todo la última. Porque vosotros vivís en Españistán, ¿verdad? Si vivierais en España la cosa sería diferente, porque es una democracia plena y eso, pero en Españistán tenemos a Manolo el del bar y a Paco el del taller. Imaginad que en el bar o en el taller están por ahí trabajando el padre de Manolo o el de Paco, o que el mismo Paco o el mismo Manolo tienen más años que el almanaque de una ferretería.

Estamos hablando de los mismos empresaurios que de “jóvenes” se han pasado toda la vida metiendo horas extras ilegales a sus trabajadores, teniéndolos de alta en la SS al 50% pero trabajando el 100%, haciéndoles contratos temporales en fraude, poniéndoles una categoría en el contrato muy inferior a la de sus funciones reales… Todo eso y mucho más que no sabéis por no ser temas laborales, como los de Hacienda, urbanismo, sanitarios, etc. etc. Pues bien, ¿esos empresaurios van a desperdiciar la posibilidad de que ellos o sus padres cobren una pensión completa de jubilación? ¿Se van a meter en la complicación de una modalidad especial de jubilación que les ocasionen gastos, molestias e incluso les rebaje la pensión? ¿O más bien se van a jubilar normalmente y a seguir trabajando y cobrando en negro? ¿Quién se lo iba a impedir? ¿Los mismos que le tenían que haber impedido haber hecho todo lo demás?

Los que se lo podéis impedir sois los trabajadores del bar de Manolo o del taller de Paco, porque en un caso así es cuando despliega toda su utilidad el buzón anónimo contra el fraude de la Inspección de Trabajo. Vosotros, como trabajadores y cotizantes a la SS, podéis comunicar a la SS que en tal dirección hay un jubilado que sigue trabajando fuera de la legalidad. De hecho, hay una opción en el formulario precisamente para casos como este: "Trabajo incompatible con la prestación de desempleo, incapacidad temporal, jubilación, etc..." Recordad que los fraudes a la SS perjudican a todos los afiliados, tanto trabajadores como empresarios. Tanto unos como otros necesitan que la SS optimice sus ingresos y sus gastos para poder pagar las numerosas prestaciones que tiene encomendadas, que no es solo la de jubilación sino también el paro, los subsidios, las bajas médicas... A robar a Sierra Morena.

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