Ayuso te quiere engañar con la deflactación del IRPF.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha anunciado (minuto 19:40) que su gobierno deflactará los tramos autonómicos del IRPF para que los madrileños no paguen más impuestos por culpa de la inflación. Esto puede sonar muy bien, pero lo cierto es que no es más que un engaño: la medida no va a ayudar prácticamente en nada a la gente y en todo caso ayudará sobre todo a la que tiene más dinero, lo que está en línea con la política económica del PP de ayudar más a los más acaudalados. ¿Pero qué es esto de la deflactación del IRPF? Vamos a explicarlo para que se entienda bien, porque si nos tenemos que quedar con la explicación que ha dado la propia Ayuso vamos apañados:

-Ayuso: “La idea será corregir los tramos para que se eleven de manera que, por ejemplo, si tú estás ingresando una cantidad porque sube el IPC, pues la idea sería no moverlos, sería ajustarlos hacia abajo de manera que sigas pagando los mismos impuestos que antes.”
-Alsina: “Osea, lo que se hace… yo es que yo… a mí me cuesta…”
-Ayuso: “Sí, yo estoy igual eh? porque cuesta muchísimo explicarlo”
(minuto 21:26 de la entrevista)

No es que sea difícil explicarlo, es que para explicar algo hay que entenderlo bien primero, y eso evidentemente no ocurre en el caso de Ayuso. Lo primero que tenemos que hacer es recordar que el IRPF es un impuesto progresivo, es decir, que quienes más dinero ganan pagan proporcionalmente más. Como ya expliqué en este vídeo y que recomiendo ver para refrescar la memoria, esto se hace a través de tramos.

Pues bien, la idea de deflactar los tramos del IRPF es la de adaptarlos al ritmo de la inflación. Utilicemos un ejemplo para que esto se entienda perfectamente. Imaginemos que una persona ingresa 12.450 euros al año, de forma que tributaría por el 19%, y que tiene unos gastos de 7.450 euros. En este caso su ahorro es de 5.000 euros al año. Pero si ahora, debido a la inflación, sus gastos aumentan en 550 euros, entonces será 550 euros más pobre al final de año, porque su ahorro menguará en esa cantidad. Esta situación puede llevar a la gente a reclamar mejoras salariales para no perder capacidad económica, y si eso ocurre, -importante, sólo si ocurre- ganarían más dinero y parte de sus ingresos podrían pasar a un nuevo tramo del IRPF y tributar a un tipo impositivo más alto. En nuestro ejemplo, imaginemos que consigue un aumento del salario de 550 euros para compensar totalmente la inflación, pues entonces ahora esa cantidad pasaría a un nuevo tramo que tiene un tipo impositivo más alto, por lo que en total pagaría más impuestos, no muchos más, pero sí algo más. Esto es lo que en la literatura se conoce como “bracket creep” o salto de intervalo de la tarifa (Delgado 2005; Fuenmayor 2008).

Pero claro, sería injusto que pagara más impuestos, por pocos que sean, cuando en realidad su capacidad económica no es mayor, sino que es igual que antes, porque sus ingresos aumentaron sólo para protegerse de la subida de precios. En realidad, a final de año ahorra lo mismo que antes, no más, por lo que lo justo sería que pagase los mismos impuestos, no más. Por lo tanto, la deflactación lo que hace es aumentar el nivel de los tramos al ritmo de la inflación para que esa injusticia no se produzca. En nuestro ejemplo, si se incrementara el último tramo en 500 euros, nuestro sujeto pagaría el mismo tipo impositivo que antes porque no habría cambiado de tramo. Como veis, se trata de elevar los tramos, no, por cierto, de bajarlos como dice Ayuso en su explicación: -Ayuso: “La idea sería no mover los tramos, ajustarlos hacia abajo” (minuto 21:34 de la entrevista).

Seguro que se te ha pasado por la cabeza que la inflación no conlleva automáticamente un incremento de los salarios, ni siquiera de otros ingresos. Ajá, ahí está el problema. Si los precios aumentan pero no lo hacen los ingresos, entonces la deflactación del IRPF no sirve de mucho. Sólo sirve para que quienes ganen más dinero -ya sea porque se han protegido de la inflación o porque les va bien económicamente- paguen menos impuestos, pero a los que no ven aumentar sus ingresos, que son precisamente quienes más necesitarían apoyo público, no les serviría de mucho.

A decir verdad, les serviría también a aquellos que, aunque no ganen más, se encuentren en el límite inferior de un tramo, porque sólo el hecho de que el tramo aumentase haría que pagasen menos impuestos. Pero no olvidemos que la reducción de impuestos sería muy pequeña. Por ejemplo, si alguien ganase 13.000 euros, y el tramo se elevara hasta ese nivel, se ahorraría 27 euros al año, una cantidad que seguro no le saca de pobre. Las reducciones sólo se notan significativamente en los tramos altos, que es donde más dinero se gana y donde el tipo impositivo es más alto. Además, no perdamos de vista que todos los que ganan menos de 12.450 euros, que serían los que más dificultades tienen, no se beneficiarían absolutamente en nada de la deflactación de los tramos.

Otros que no se beneficiarían en nada de cualquier tipo de deflactación del IRPF son las personas que no declaran ingresos (personas paradas e inactivas), porque no pagan IRPF y por lo tanto no se pueden beneficiar de su deflactación. Como se puede ver, esta medida que ha anunciado Ayuso es básicamente un simple maquillaje y en todo caso sólo sirve a las capas medias y altas de la sociedad, al hilo de las políticas del PP madrileño, que como recordé en este vídeo, siempre se dirigen a beneficiar a los más ricos.

A Ayuso lo que le pasa es que equipara erróneamente inflación con aumento de ingresos: Ayuso: “La inflación lo que hace es subir los salarios y con esto lo que puede ocurrir es que otras personas pasen a cotizar en un tramo superior” (minuto 20:24 de la entrevista). “Si tú estás ingresando una cantidad porque sube el IPC” (minuto 21:34 de la entrevista) ¿Veis? Asocia automáticamente aumento de precios con aumento de salarios, cuando todos sabemos perfectamente que una cosa no tiene por qué ir con la otra, y que de hecho, raramente es así. Hay muchísimos empleos cuyo salario no está vinculado automáticamente al IPC, así que depende de lo que pacten con el empleador, y aquellos que sí lo están, unos 10 millones que están protegidos por los convenios laborales, han logrado en marzo de 2022 un incremento del 2,39% (RTVE 2022), muy por debajo de la tasa de inflación que estamos experimentando estos meses (aunque también recuerdo, como ya hice en este vídeo, que el IPC en España está artificialmente inflado y que en realidad el dato real sería unas dos décimas inferior).

Por todo esto el equipo de Ayuso plantea deflactar en función del aumento salarial en vez del aumento de la inflación; aunque ella se líe y en vez de salarios o ingresos hable en un momento de inflación, que en realidad es equivalente al IPC… Ayuso: “Estamos viendo si lo hacemos a través de la inflación o del IPC” (Minuto 22:05 de la entrevista) “Vamos a ver si lo hacemos en base al índice de precios o a la inflación, vamos a ver cómo lo corregimos” (minuto 20:41 de la entrevista).

Si finalmente lo hacen en función del incremento salarial entonces el alivio fiscal será todavía menor, porque como hemos visto los salarios están aumentando mucho menos que los precios. Y, por si fuera poco, no lo van a hacer para este año 2022, sino para el año 2023. Ayuso: “A nosotros nos gustaría, evidentemente, que esto se aplicara lo antes posible, pero lo vamos a tener que hacer para el año que viene porque este año entra una rebaja de medio punto en el tramo autonómico” (minuto 20:00 de la entrevista). Eso suena a excusa de las grandes. Si lo hubiesen querido hacer en 2022 lo podrían haber hecho, igual que lo han hecho los territorios forales de Navarra y Euskadi con unos porcentajes del 2% y del 1,5%, respectivamente (Europapress 2022). Pero es que, en cualquier caso, la elevada inflación se está dando este año, no en 2023 que no sabemos qué ocurrirá. El supuesto alivio fiscal no tendrá lugar cuando más se necesita. Es más, podría darse el caso de que en el año 2023 no hubiese apenas inflación por lo que la medida de Ayuso no serviría para prácticamente nada.

Donde sí podría ser más útil esta deflactación es en las bonificaciones fiscales y en los mínimos personales de la renta, que exoneran de la tributación a una parte de los ingresos. Por ejemplo, el mínimo personal de la renta, que de forma general está en torno a los 5.500 euros al año, es una parte que no se tiene en cuenta en los ingresos totales, de forma que los impuestos pagados finalmente son menores. Con la deflactación, este mínimo personal sería mayor, por lo que se quedaría sin tributar una parte mayor de los ingresos del contribuyente, así que se pagarían menos impuestos. Aquí da igual que los ingresos hayan aumentado o no, porque el mínimo se aplica a todo el mundo que declare ingresos, así que beneficiaría a todos. De hecho, está ampliamente documentado que la deflactación de estas bonificaciones es lo que verdaderamente ayuda a los contribuyentes de menor renta; hay estudios que así lo demuestran para los países de la OCDE (OCDE 1976); para Australia (Taxation Review Commitee 1975); para Canadá (Vukelich 1972), para Estados Unidos (Goetz y Weber 1971); para Italia (Majocchi 1976), para Alemania, Reino Unido y los Países Bajos (Immervoll 2005) y también para España, tanto hace unas décadas como más recientemente (Argimón y González-Páramo 1987; Delgado, 2005; Sanz y Romero 2007; Fuenmayor et al 2008; Sanz 2022). Pero es que el gobierno de Ayuso no va a deflactar estas bonificaciones que vienen bien a los de abajo: sólo va a deflactar los tramos, que sobre todo vienen bien a los de arriba. Volvemos a lo mismo, es una medida que beneficiaría especialmente a las personas que ingresan más. Como siempre en las políticas del PP; nada nuevo bajo el sol.

En definitiva, estamos hablando de una medida que es puramente cosmética, porque es insignificante y porque no se aplicará en 2022 que es cuando la inflación está más alta. Pero es que además sólo afectaría a una parte de la población madrileña, especialmente a la más acaudalada y que dejaría fuera a la menos acaudalada. En este vídeo he desarrollado este mismo artículo.

Eduardo Garzón Espinosa.

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