Que la empresa “mueva ficha” cuando le toque, no tú.

En el servicio profesional de consultas laborales privadas de Laboro, hemos conocido numerosísimos casos en los que la empresa le dice al trabajador que él tiene que “hacer algo” para digamos que facilitar que la empresa consiga o haga otra cosa después. Es más fácil entenderlo que explicarlo. Es evidente que no estamos hablando de una orden de trabajo, sino de que la empresa le dice al trabajador que él tiene que firmar un documento "voluntario" porque la empresa ha tomado una decisión. Con unos ejemplos se verá mejor.

Por ejemplo, una empresa con problemas económicos le dice al trabajador que se tiene que bajar de jornada completa a jornada parcial o bien le tendrán que despedir. Por lo que le dan a firmar un documento de novación o modificación del contrato a jornada parcial, que dicen que el trabajador “tiene que” firmar. No estamos hablando de que sea mentira que la empresa tenga graves problemas económicos. Estamos hablando de que los problemas económicos son problema de la empresa, porque por algo el trabajo es por cuenta ajena, por lo que el trabajador no tiene ninguna obligación ni incluso necesidad de “mover ficha”. No tiene por qué dar ese primer paso de firmar un acuerdo de reducción de jornada y salario, por la sencilla razón de que no aseguraría su empleo aunque lo hiciera. Todo lo contrario, porque si redujera su salario también reduciría, al mismo tiempo, su indemnización de despido y el paro, con lo que estaría abaratando su despido y por tanto facilitándolo.

En un caso así es la empresa la que tiene que “mover ficha”. Es la empresa la que tiene que decidir entre 3 opciones: 1- reducirle la jornada al trabajador de forma unilateral (con un ERTE o "a lo bestia"), 2- despedirle o 3- dejarlo como está. ¿Qué hacer? Ese es el problema de la empresa, que por algo se queda con los beneficios. Pero si le hicieran un ERTE, podría suceder que fuera incorrecto, injustificado o las dos cosas. Más aún si le bajaran la jornada "a lo bestia", sin ERTE. Además de que el ERTE supondría el derecho al paro parcial y, en muchos casos, que la empresa siguiera pagando la cotización completa. Por supuesto, un despido objetivo podría ser procedente, pero también podría ser improcedente o incluso nulo. Contra toda medida unilateral de la empresa que cambiara las condiciones de trabajo, cabría siempre una demanda judicial del trabajador en la que la empresa tendría la carga de probar que la medida fuera correcta según la normativa, tanto en el fondo como en la forma. En algunos casos la normativa es muy exigente, en otros lo es menos y en otros no es nada exigente. Por supuesto, más aún se podría demandar en caso de despido, porque muchas veces son despidos encubiertos otras cosas que llaman "mandar al paro un tiempo", "cambiar de contrato", "cambiar de empresa", etc.

Lo importante, para poder demandar, es que sea una medida unilateral de la empresa, no un “acuerdo”. Por eso las empresas quieren que seas tú quien “mueva ficha” ante una decisión que en realidad han tomado ellas. Pues no señor: si la empresa ha decidido X o quiere X, que se lo comunique o se lo aplique directamente al trabajador. Es decir, que mueva ficha la empresa. Entonces será el turno del trabajador y este podrá decidir libremente entre las opciones que tenga: no hacer nada, demandar si la medida fuera incorrecta, o bien marcharse a otra empresa. En algunos casos incluso podría irse voluntariamente con derecho a indemnización y paro. Recordad que en las demandas por asuntos laborales no es obligatorio contratar abogado, que son fáciles en muchos casos y que en Laboro tenemos varios libros PDF de demandas para los asuntos más típicos.

Dicho de otra forma: las empresas quieren que muevas ficha precisamente para evitar que tú tengas las opciones que te correspondan cuando sea la empresa la que mueva ficha primero mediante una decisión unilateral. Porque puede suceder que ni siquiera sea verdad que tengan los problemas o necesidades que te han dicho que quieran resolver haciendo que tú aceptes o firmes algo. Como probablemente no puedas saber hasta dónde llegue la verdad, la mentira o la simple conveniencia de la empresa… no tienes por qué firmar. Que la empresa haga lo que crea conveniente y tú, después pero no antes, harás también lo que creas conveniente. Como os podéis imaginar, no son pocos los casos en los que la empresa no hace nada cuando el trabajador se niega a mover ficha. Casos en los que la empresa quiere hacer algo a lo que no tiene derecho y sin pagar, y por eso quiere que lo haga el trabajador. Casos en que el trabajador se niega y entonces ni lo echan, ni lo trasladan, ni le bajan la jornada, ni nada… porque lo que no quieren es una demanda que pueda acabar en indemnización y/o deshaciendo la medida de la empresa.

Hay múltiples casos que son de este tipo. Porfirio, que te tienes que ir al taller de Soria 3 meses porque haces falta allí, te pago los gastos y un plus pero fírmame una solicitud de traslado voluntario. Ana, que te tocan las vacaciones en Octubre porque el año pasado las tuviste en Agosto, fírmame la solicitud y te las doy y ya puedes reservar el hotel de Matalascañas con seguridad. Julián, que te vamos a hacer fijo pero con otra empresa, fírmame la baja voluntaria de la empresa de ahora y luego te hacemos el contrato con la otra empresa. Luis, que te tenemos que mandar al paro y luego volverte a contratar para cobrar una bonificación, fírmame el finiquito. Gonzalo, que me tienes que firmar los objetivos del salario variable de este año o no te pagamos el del año pasado. María, que como vuelves de un año de baja ya no está libre tu puesto, así que dinos dónde quieres que te mandemos. Susana, que como quieres la reducción voluntaria de jornada ya no puedes ser encargada, así que firma la modificación a empleada de base o no te damos la reducción. Emilio, que como quieres teletrabajo te bajamos el sueldo porque vas a tener menos gastos de transporte, así que firma aquí o no te doy el teletrabajo.

También es evidente que, en casos así, el trabajador no tiene por qué dar ninguna explicación de por qué no quiere mover ficha. Ni siquiera tiene por qué contestar diciendo que no vaya a mover ni que vaya a aceptar, a demandar o lo que vaya a hacer si la empresa hiciera algo antes. Cuando le toca mover ficha a Karpov, no es Kasparov quien mueve ficha ni le da pistas sobre lo que haría después de que moviera Karpov.

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