El busto de Pablo Iglesias.

Como hoy es 1º de mayo vamos a contar una de rojeras de esos que te eutanasian al abuelo a posta con peste china y eso. Allá por el lejano año de 1936, resulta que en el Parque del Oeste de Madrid había un monumento a Pablo Iglesias, fundador del PSOE y de la UGT, que todos sabéis que hoy en día son un partido y un sindicato que saben comportarse. Pero por lo visto en 1936 aún no sabían comportarse y por eso los españoles se levantaron en armas y empezó una guerra contra unos inmigrantes ilegales, porque si los españoles se habían levantado es que los otros no se sabía de dónde venían. Por lo visto los inmigrantes eran varios millones, como ahora, y no dejaron que los españoles pusieran a la patria bien y eso y estuvieron casi 3 años molestando, suicidándose contra las tapias y enterrándose ellos mismos a posta en fosas comunes.

No fue hasta 1939 que la patria levantada consiguió entrar en la capital de la patria levantada, que no es tan raro como parece. Es como cuando te levantas de la siesta y te pones de pie y se te ha dormido una pierna y casi te caes, pero sigue siendo tu pierna. Pues eso, la capital de la patria y Barcelona y Bilbao y Valencia y Alicante y... no se habían levantado, pero aún así la patria se había levantado y punto. Que a ver si va a venir ahora un rojo a decir que no se había levantado la patria ni gaitas sino que los que tienen los cuartos habían dado un golpe de estado porque les jodía haber perdido las elecciones, los derechos de los trabajadores y la reforma agraria y no sé qué.

A lo que íbamos, España conquistó la capital de España en 1939 y entonces los españoles dijeron que ya no les gustaba Pablo Iglesias y decidieron construir una tapia alrededor del Retiro usando el granito del busto para ahorrar dinero; no como ahora que se lo gastan en acordarse de cosas que no le importan a nadie y en calentarle la cabeza a las mujeres que algo habrán hecho. Así que unos españoles se llevaron el busto al Retiro, se pusieron a darle de martillazos y le partieron la nariz y la boca porque se lo estaba buscando igual que el de ahora. Pero por lo visto el granito rojo está duro y lo iban a volar, que es lo que se hace correctamente cuando un rojo le lleva la contraria a la patria. De hecho en la guerra hizo falta bombardear varias veces zonas residenciales de muchas ciudades españolas que estaban controladas por los inmigrantes ilegales.

Pero lo que no se esperaba nadie es que viniera un rojo a engañar a los obreros que estaban en esa gloriosa labor. Porque los obreros españoles de aquella época eran de naturaleza confiada aunque quizá algo ignorantes; a pesar de que habían puesto escuelas, institutos y universidades gratuitas por todos los sitios y los maestros y profesores estaban extraordinariamente bien pagados. Pero es que no valían para estudiar y eso y se tenían que meter a FP. O sea que va el rojo y les dice que el granito ese no fraguaría bien con el cemento porque no sé qué, todo mentira como lo del calentamiento global, les dice que caven una zanja y les da un dinerillo. Como el rojo era el director del parque y llevaba corbata, los obreros se lo creyeron... o no, pero daba igual porque obedecieron, que donde hay corbata no manda picapedrero.

Lo peor fue que un pispás el rojo había inoculado su malvada ideología de género a uno de los obreros y quedó con él por la noche para enterrar el busto en el parque del Retiro, cosa que hicieron. El rojo levantó un plano, porque era delineante gracias a los estudios que la patria le había regalado al muy desagradecido. El rojo escondió el plano en su casa y no se lo dijo ni a su mujer ni a sus hijas. Allí lo tuvo oculto hasta 1957, fecha en la que se lo llevó a un hermano suyo que era más rojo aún y vivía en Francia con los maricones. Como el hermano era más rojo que Caperucita, se metió en la Ejecutiva del PSOE y de la UGT en el exilio y fue director de El Socialista, que estaba prohibido con toda la razón... no como ahora que pones lo que quieres en Twitter pero luego van y te lo borran por no sé qué tonterías de amenazas, insultos o bulos y se te querellan por nada.

El rojo francés le entregó el plano a sus hijos cuando murió en 1965, que lo guardaron hasta que llegó la democracia y entonces se lo hicieron llegar a Alfonso Guerra, que pidió permiso al Alcalde para hacer las excavaciones necesarias y sacar el busto, pero le dijo que ya si eso mañana que hoy me pillas mal pero que mañana sin falta a primera hora me pongo. Pero estaba mu liao y eso y pasó casi un año y llegó 1979 y un nuevo Alcalde que dio el permiso. Así que se pegaron una semana cavando, pero al final dieron con el busto de Pablo Iglesias.

Desde entonces el busto de Pablo Iglesias está en la entrada de la sede del PSOE en Madrid. Y colorín colorado, nunca mejor dicho, este cuento se ha acabado.

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