Mala idea “vigilar” especialmente al trabajador para buscar causas de despido.

Cuando hay un conflicto laboral entre trabajador y empresa, a veces esta reacciona vigilando al trabajador mucho más que a los demás, con una doble intención. El objetivo secundario es presionar al trabajador a ver si suena la flauta y se va de la empresa por dimisión. El objetivo principal es buscar o forzar causas que puedan justificar un despido disciplinario. De ambas formas el trabajador se iría sin indemnización, aunque sí que tendrían que pagarle el resto de conceptos del finiquito. Pero hacer esto podría ser una malísima idea, porque la empresa tendría mucho más que perder que ganar.

Hay que empezar por recordar una obviedad que muchas veces olvidan los trabajadores, sobre todo los seguidores de los voX-Men. Con mucha diferencia, la empresa es quien más gana en una relación laboral, no el trabajador. Por tanto, si es la que más gana también es la que más tiene que perder, y no nos referimos solo a la posibilidad de que el despido perjudique más a la empresa que al trabajador por la dificultad de encontrar sustituto.

En un caso de inicio de vigilancia “especial”, el chico listo se da cuenta de que su futuro laboral en esa empresa ya ha dejado de existir, porque si le están vigilando para poder echarle gratis es porque la empresa ya no quiere que siga. Por tanto, el chico listo también tiene que darse cuenta que desde ese momento ya no tiene absolutamente nada que perder pero aún sí que tiene mucho que ganar. Dicho de otra forma: ¿para qué narices va a dimitir el trabajador? Que lo eche la empresa si quiere y entonces tendrá derecho al paro como mínimo. Pero no solo no le serviría de nada dimitir, sino que tampoco le serviría ya de nada seguir poniendo el mismo interés que antes en hacer las cosas especialmente bien en el trabajo. ¿Para qué? Si ya sé que me quieren echar. ¿Para qué hacer horas extras ilegales? ¿Para qué hacer los trabajos de una categoría profesional superior que no me están pagando? ¿Por qué no “pedir” una baja, ya que por lo visto los médicos las regalan? ¿Por qué no usar el permiso parental de 8 semanas? ¿Por qué no usar los días de permiso retribuido cuando ingresen a mi madre o a mi hermano? Así hasta el infinito.

Pero Buzz Lightyear nos descubrió que después del infinito está el más allá. El más allá es que, igual que la empresa vigila especialmente al trabajador para detectar todas sus posibles faltas laborales, el trabajador también puede vigilar especialmente a la empresa para detectar y denunciar todas sus posibles faltas laborales y de otros tipos. ¿Que me descontáis el tiempo de ir al servicio? Pues no pasa nada, yo le contaré a la Inspección de Trabajo que aquí hay un montón de trabajadores con contrato fijo-discontinuo en fraude de ley, que no respetáis las normas de prevención de riesgos laborales, que aplicáis un convenio incorrecto para pagar menos, que los registros de la jornada son falsos o inexistentes, que se hacen horas extras ilegales… ¿Que me obligáis a poner en copia al “encargao” en todos los emails que envío? Pues no pasa nada, yo le contaré a la Inspección de Hacienda que hacéis servicios sin facturar, que lleváis doble contabilidad, que metéis gastos personales como gastos de empresa, que cruzáis facturas falsas entre varias empresas del jefe… ¿Que me degradáis de funciones, me dejáis sin ocupación o me aisláis de los demás? No pasa nada, yo le contaré a la Concejalía de Urbanismo que tenéis locales o instalaciones sin licencia.

Buzz Lightyear puede seguir este viaje todo el tiempo que quiera. El más allá no se acaba nunca. Es lo que tiene el más allá. Cuando quieran los de la base, que le llamen y le digan cuánto le pagan porque dejé de explorar las fronteras del espacio exterior. Pero hasta ese mismo día, Buzz Lightyear habrá seguido cobrando y cotizando su salario.