Cómo distinguir al buen abogado laboralista del mal abogado laboralisto. Parte 2 de 2.

En el primer artículo sobre este tema ya explicamos lo que suelen hacer los laboralistos (tanto abogados como graduados sociales) para quitarse de encima los casos que no sean de ir a lo fácil. En este segundo artículo vamos a explicar lo que suelen hacer para ir a lo fácil cuando sí que aceptan el caso, que fundamentalmente sería papeleo mínimo y básico, intentar que la empresa haga una oferta por muy a la baja que sea y convencerte a ti para que la aceptes.

Para ir a lo fácil, lo primero sería no complicarse el papeleo y sobre todo no dificultar un posible acuerdo. Especialmente, el laboralisto jamás meterá la demanda en la modalidad de tutela de derechos fundamentales pidiendo la indemnización adicional por daños y perjuicios. Para empezar porque puede que ni sepa que esa posibilidad exista, que no esté en su modelo favorito y que ni siquiera sepa bien cómo hacer una demanda de ese tipo. Pero también porque si pidiera solo lo fácil o lo de siempre o lo que la empresa se espera que se pida, entonces la empresa podría hacer una oferta y el te diría que la aceptaras. Pero si pidiera lo fácil y además los daños, la empresa solo ofertaría por lo fácil pero nunca por los daños; por lo que tú puede que no aceptaras la oferta porque si pides 2 y te ofrecen 0,5 es mucha más rebaja que si pides 1 y te ofrecen 0,5.

Por lo de no complicarse el papeleo ni buscarse trabajo a sí mismo, el laboralisto no solicitará que el juzgado requiera a la empresa unos documentos que luego él tenga que ponerse a mirar. Por ejemplo, no pedirá la contabilidad de la empresa para comprobar que se justifique un despido objetivo por causas económicas o que pueda haber un grupo oculto de empresas. Pero eso sí, el laboralisto pata negra siempre solicita que la empresa aporte las nóminas y los contratos hasta cuando no hacen falta y ya los tienes tú, por la sencilla razón de que esa petición está en el modelo que ha rellenado y no va a ponerse a pensar si quitarla o no.

Por la misma razón, el laboralisto nunca pide medidas cautelares, ni siquiera en demandas por acoso, e incluso llega a decir que eso no existe. No solo no suelen estar en los modelos que maneja sino que además supondría una comparecencia más en el juzgado y cobrando lo mismo. Pero sobre todo porque si te las dieran sería bastante probable que vieras el caso un poco "casi ganado" y entonces no quisieras aceptar un acuerdo a la baja en conciliación y le obligarías a meter demanda, celebrar juicio, recurrir contra la sentencia si fuera menester...

El laboralisto nunca te mencionará que en tu caso exista la posibilidad de codemandar a varias empresas a la vez e incluso a los propios empresaurios o familiares suyos como personas físicas. Esta posibilidad no solo existe sino que puede ser perjudicial no usarla en los casos en los que puede haber cesión ilegal de trabajadores, un grupo oculto de empresas para defraudar a Hacienda y/o a la SS además de a los trabajadores, unos testaferros, etc. Pero el laboralisto demandará solo a la empresa que ponga en tu contrato o nómina, no solo porque es más fácil sino de nuevo para no dificultar un acuerdo. Si tu despido vale 10.000€, es posible que la empresa te ofrezca 7.000€ y que él te diga que los cojas. Pero si codemandaras a varias empresas, probablemente no habría oferta porque un acuerdo así digamos que sería como reconocer por escrito el chiringuito fraudulento que tuvieran montado y además porque unas empresas podrían querer el acuerdo pero otras no.

Lo más cutre de los laboralistos es decirte que hagas tú el trabajo. Por lo visto eres tú quien tiene que trascribir en texto las grabaciones ocultas, quien tiene que hacer cálculos, quien tiene que ir a no sé dónde a pedir no sé qué y quien tiene que hacer las típicas “búsquedas de hormiguita”, como buscar unas facturas o unos movimientos contables que prueben la existencia de un grupo oculto o un vaciamiento ilícito de la empresa. Es decir que cobre él pero tú le hagas la peor parte del trabajo por el que le has contratado. Y si no lo haces, pues eso no lo mete en la demanda ni en el juicio y sanseacabó. El laboralisto pata negra incluso sería capaz de decirte que tú mismo oyeras las grabaciones, tú mismo decidieras qué partes o frases fueran importantes para el caso y tú mismo trascribieras esas partes; o capaz de decirte que tú le digas a él lo que tienes que cobrar de salario fijo o variable. Así además, si algo estuviera mal, por lo visto la culpa la tendrías tú.

Siguiendo su regla de oro, el laboralisto presenta siempre la solicitud de acto de conciliación ante el SMAC incluso en los casos en los que no es obligatorio sino que puede meterse la demanda directamente ante el juzgado. Primero porque así no le hace falta saber cuándo es obligatorio: se mete siempre y pa’lante. Segundo, sobre todo, porque el acto de conciliación tarda menos y así puede haber posibilidades de que el trabajador acepte el acuerdo que proponga la empresa por muy malo que sea, porque si no aceptara tendría que esperarse al juicio, que además se habría retrasado por culpa de haber solicitado una conciliación previa que no era obligatoria.

De todas formas, el laboralisto sabe que siempre hay un acto de conciliación ante el juzgado el mismo día del juicio. De forma que si no aceptaras el acuerdo en el SMAC o aunque no lo hubiera pedido, el laboralisto siempre tendrá la oportunidad de meterte caña en el juzgado el mismo día del juicio para que aceptes cualquier acuerdo y no se celebre juicio. Así se va antes a casa, cobra igual y no la caga. Por eso, lo más típico con diferencia de los laboralistos es que les notarás un claro pesimismo repentino no justificado y sospechoso conforme se acerque la fecha del juicio. Digamos que quizá una semanita antes te llamaría inesperadamente y de pronto habrían nacido toda una serie de supuestos problemas que antes no te hubiera mencionado, porque entonces puede que no le hubieras contratado. Que me han dicho que el juez está muy enfadao porque no quieres llegar a un acuerdo, que la empresa es una multinacional y no se puede luchar con ella, que la empresa ha contratao a Perry Manson que es el mejor fiscal del distrito centro de Bilbao City DC, que es que hay sentencias, que yo no lo veo, que se están perdiendo casi todos los casos como el tuyo... Todo para crearte la duda suficiente y conseguir el ansiado acuerdo a la baja con el abogado de la empresa, que si también fuera laboralisto haría exactamente lo mismo con su cliente pero al revés. Es curiosísimo, porque tu caso lo tienes perdío según tu laboralsto y al juez lo tienes enfadicao, pero el laboralisto de enfrente debe ser tonto porque no se da cuenta de que el caso lo tiene ganao y el juez va con ellos y le dice a la empresa que te haga una oferta.

Que un abogado o graduado social cobre un porcentaje de lo que saques no quiere decir necesariamente que no pueda ser un laboralisto, aunque obviamente tampoco quiere decir que sí que lo sea. Los laboralistos prefieren ganar menos de muchos acuerdos, aunque sean perjudiciales, que ganar más de muchos juicios. El acuerdo probablemente sería mucho menos trabajo y aún encima lo redactaría la empresa y no el laboralisto. Además, con un acuerdo el laboralisto no correría el riesgo de ir a juicio y que la sentencia dijera que se le pasó un plazo, que se equivocó de procedimiento o que no pidió algo.

Como resumen, la forma de ganar dinero de los laboralistos es parecida a la de algunas “agencias inmobiliarias” chafarderas en la venta de viviendas. Se supone que un agente tiene que saber de temas de climatización, aislamiento, orientación, calidad de construcción, derechos reales, derecho hipotecario, arrendamientos, traspasos, valoración del suelo, planeamiento urbanístico, protección oficial, fiscalidad de la vivienda… Pero bien mirado, cualquiera puede vender un piso ajeno y llevarse una comisión con el sencillo truco de forzar al vendedor para que baje el precio contándole que en caso contrario a saber cuándo tendrá otro comprador y por otro lado decirle al comprador que se lo quede porque con esa rebaja es una oportunidad buenísima. Así cualquiera puede vender pisos sin tener ni idea y el hecho de cobrar a comisión no quiere decir que no vaya a intentar que se baje el precio para venderlo antes. Pues los laboralistos lo mismo pero vendiendo acuerdos de despido, de reclamaciones de cantidad y de lo que sea.

Decir que un perro tiene cuatro patas no es decir que los animales de cuatro patas son perros. Por la misma razón, quizá a alguno haya que explicarle que en este artículo no estamos diciendo que los acuerdos rebajados sean malos necesariamente. El trabajador puede preferir o necesitar realmente cobrar antes aunque menos. Pero una cosa es una rebaja aceptable en un caso discutible o a demostrar y que el trabajador quiere aceptar y otra cosa es una rebaja descarada en un caso indiscutible en el que la empresa tiene la carga de la prueba y que el trabajador acepta a regañadientes solo porque se lo recomienda su laboralisto por propia conveniencia por encima de la conveniencia del trabajador.

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