Despedir puede ser más problema para la empresa que para el trabajador.

Como todos sabemos, el “argumento” definitivo del empresaurio hispánico es la amenaza de despedir al trabajador que no trague con sus horas extras no abonadas, su salario por debajo de convenio y con el resto de sus ilegalidades laborales. Pero hay muchísimos trabajadores (si es tu caso lo puedes contar en los comentarios de este artículo) que descubren que la amenaza de despido era un farol en cuanto hacen la prueba por primera vez. Casos en los que el trabajador hace frente a la empresa, dejando de tragar con las ilegalidades, y el resultado no es el despido sino que la empresa traga con lo que decide el trabajador.

¿Quién no ha visto las películas del oeste en las que un jugador de póker se tira un farol? Sin tener ni una triste pareja, apuesta los 10.000$ que se sacó buscando oro todo el invierno en la ribera del río Pecos. El único objetivo del farol es acojonar a los otros jugadores para que se retiren sin jugar la mano. Pero cuando otro jugador iguala o sube la apuesta, quien pierde es el farolero. “– Si no trabajas 50h a la semana te echo a la puta calle. – Pues yo voy a trabajar las 38h que dice mi convenio y si no te gusta me despides, pero pagando y buscando a otro que haga mi trabajo.” Y pasan los días y las semanas y los meses y no hay despido y el trabajador sigue haciendo solo 38h semanales.

Los trabajadores haríais muy bien intentando pensar como un empresaurio. Un empresaurio es un tio lleno de ínfulas, pero al que solo le va bien la empresa porque ha tenido la suerte de dar con X buenos empleados que tragan con sus ilegalidades. Ese tío no tiene ni idea de derecho laboral a nivel Tortugas Ninja, sino que lo único que hace es llevarle todos los papeles a su “asesoría Pepe”, que le perpetra chapuzas con los contratos, con las nóminas y con los movimientos en la SS, sin que se de cuenta. Pero ese tío tampoco tiene ni idea de qué hacer cuando un empleado se le enfrenta, en muchos casos porque no le ha pasado nunca. Quejarse, se quejan muchos trabajadores, aunque algunos ni eso; pero lo que se dice plantarle cara a la empresa y negarse a las ilegalidades, pocos.

Si pensaras como un empresaurio, quizá te darías cuenta de que el empresaurio no quiere despedirte, porque haces un buen trabajo. Si no hicieras un buen trabajo ya te habría echado, por mucho que tragaras con sus ilegalidades. El empresaurio no quiere despedirte sino que lo que quiere es que tragues, porque despedir a un trabajador que hace un buen trabajo es un gran problema. Uno de los mayores problemas por los que puede pasar una empresa cuando funciona bien y tiene buenos beneficios. Despedir a un trabajador puede ser un problema mayor para la empresa que para el trabajador despedido. Mucho mayor en ocasiones, por muchas razones:

  • La empresa podría no encontrar sustituto en esas condiciones ilegales y menos aún en poco tiempo. Quien ofrece cacahuetes solo puede aspirar a contratar monos, pero cada vez hay menos monos. Todos sabéis los problemas que tienen los empresaurios de hostelería, transporte, oficios, etc. para cubrir sus puestos de trabajo.
  • El sustituto necesitará un tiempo de formación y adaptación.
  • El sustituto podría ser menos productivo que el despedido, incluso después de su adaptación y formación.
  • Sobre todo, nadie le podría asegurar al empresaurio que, al poco tiempo, el sustituto no se “plantara” igual que el despedido o se marchara de la empresa.
  • Por supuesto, sin olvidar los aspectos legales del despido. Es obvio que un trabajador que se plante puede no ser fácil ni menos aún barato de despedir. Este tipo de trabajador no es tonto y puede que incluso haya tenido la precaución de estar en una de las situaciones de protección contra despido improcedente. O podría denunciar a la empresa por sus ilegalidades en otras materias: fiscal, urbanismo, sanidad, seguridad social…
  • Si pretendiera acosar al trabajador para que dimitiera, la empresa se podría ver en un problema mucho mayor. Recordemos otra vez que no estamos hablando de un trabajador cualquiera sino de un trabajador que ha plantado cara a su empresa; por lo que si no es fácil su despido, menos fácil es su acoso. Entrarían también temas penales que pudieran ser castigados con prisión, además de que el trabajador podría “despedirse a sí mismo” con indemnización de improcedente, otra indemnización adicional por violación de derechos fundamentales y derecho a paro.

En la contraparte tenemos al trabajador. Si no fuera un farol sino que lo despidieran de verdad, solo querría decir que dejaría de cobrar el salario pero también dejaría de trabajar en unas condiciones ilegales. Un problema irresoluble sería que tuviera que seguir trabajando sin cobrar; pero si deja de cobrar y también de trabajar, el saldo es cero. Además de que en la mayoría de ocasiones tendría derecho a indemnización de despido, al paro o a algún subsidio o ayuda. ¿Por qué te crees que las llaman “paguitas”? ¿Porque quieren que no se las den a los inmigrantes “ilegales”? No seas idiota. Porque quieren que no te las den a ti y así tengas menos posibilidades de dejar de tragar con los empresaurios, que por algo las llaman paguitas.

En resumen, una cosa es que sea cierto que el despido sea legalmente fácil e incluso barato. Pero una segunda cosa es que sea fácil sustituir adecuadamente al trabajador despedido. Y otra tercera cosa es que el despido pudiera perjudicar a la empresa más que al despedido. Por tanto, todo empresaurio listo tiene que valorarlo todo y no cabe descartar que al final decida no despedir al trabajador. Por supuesto, a veces sí que lo despide; sobre todo cuando nunca ha pasado antes por los problemas ya explicados o cuando lo interpreta como una cuestión de orgullo o de ejemplo para los demás trabajadores. Pero si al final el trabajador fuera despedido, siempre podría presentar una demanda por despido; sin costes porque no tendría obligación de contratar abogado. Este tipo de trabajadores, que son capaces de plantar cara a su empresa, quizá también podrían representarse a sí mismos sin mayor dificultad, porque después de todo sería la empresa la que tendría la carga de probar que el despido fuera procedente, no el trabajador quien tendría que probar que fuera improcedente.

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