Muchos trabajadores habréis pasado o pasaréis por la situación de que de pronto os llamen a todos los miembros de la plantilla, o solo a una parte, para realizar una entrevista, charla, encerrona o como lo queráis llamar, pero sin causa o motivo aparente. Es mucho más habitual en empresas con un nº de trabajadores digamos que apreciable y con su propio departamento de RR.HH., ya que podría ser el personal de este departamento el que hiciera las entrevistas, aunque también podrían contratar a otra empresa especializada en el tema.
Cuando citan a un trabajador para estas encerronas, el pobre suele preguntar que si es que pasa algo, extrañado de que los citen a todos o a casi todos y sobre todo extrañado porque le vaya a entrevistar uno con maletín molón y coche de empresa pero al que no ha visto nunca antes, que nunca ha trabajado con él, que ni siquiera conoce su centro de trabajo y que incluso trabaja en otra provincia si no en otro país y hasta en otra empresa. Al trabajador extrañado le suelen decir que no pasa nada, que es solo para ver qué tal van las cosas, para detectar fallos, mejoras, etc. etc. Ya, ya; claro, claro. Seguro que las magníficas empresas de España emplean parte de sus recursos en preocuparse por sus trabajadores, en ver qué tal les va y cómo se puede mejorar todo. Pero puede que tú trabajes para un empresaurio en Españistán, cuyas reglas y forma de comportamiento son muy diferentes, como ya te habrás dado cuenta.